El aporte de Pasteur

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El aporte de Pasteur

Un apóstol de la prevención y un salvador de millones de vidas en el mundo

Pocos científicos han salvado tantas vidas como Pasteur. Gracias a su teoría microbiana se desarrollaron eficaces métodos de higiene, vacunas y, más tarde, los antibióticos. La inesperada trayectoria de este químico supuso el nacimiento de la medicina moderna y con ello transformó nuestro mundo para siempre.

El francés Louis Pasteur (27 de diciembre de 1822–28 de septiembre de 1895) fue un estudiante que no destacó hasta después de graduarse en ciencias en la prestigiosa École Normale Supérieure de París, donde más tarde llegó a ser director de estudios científicos.

Interesado en los procesos de fermentación del vino y la cerveza, demostró que tienen lugar por la presencia de microorganismos, y que estos también eran responsables de que esas bebidas alcohólicas se agriasen con el paso del tiempo. Aquéllo le llevó a desarrollar en 1864 un método para esterilizarlas, calentándolas suavemente para eliminar las bacterias después de haber cumplido su tarea de fermentar: la célebre pasteurización, que hoy se aplica en la producción de lácteos y muchas otras bebidas y alimentos, para mejorar su conservación y seguridad.

El próximo paso

Su solución a la contaminación de las bebidas llevó a Pasteur poco después a la idea de que las enfermedades infecciosas son también causadas por microorganismos, con capacidad para propagarse entre los individuos. 

No fue el primero en enunciar la hipótesis microbiana de la enfermedad, pero sus experimentos hacia 1870 fueron definitivos para probar que la teoría era correcta.

De tal manera que muchos médicos como Joseph Lister comenzaron a aplicar métodos antisépticos en sus operaciones, con resultados muy positivos .

Tras este gran logro, Pasteur dedicó el resto de su carrera a luchar para frenar las patologías infecciosas, y en ese empeño desarrolló nuevas y más eficaces maneras de enfrentar las enfermedades infecciosas.

Vacuna contra la rabia

En 1879, con 57 años, Pasteur comprobó que era posible protegerse de algunas infecciones gracias a la inyección de gérmenes atenuados. Después de numerosos ensayos en animales enfermos —entre ellos pollos que padecían cólera—, en 1885 Pasteur se atrevió a aplicar una vacuna contra la rabia a Joseph Meister, un niño de nueve años al que le había mordido un perro infectado. 

Tras varios días de inoculaciones, logró salvarlo. Y en los siguientes meses trató de la misma manera a miles de víctimas de mordeduras de perros rabiosos.

Alentado por los buenos resultados, aplicó el principio de la atenuación de patógenos para preparar otras vacunas, como la del ántrax. A partir de entonces se sentaronn las bases de la vacunación moderna, que ha salvado cientos de millones de vidas desde entonces.

El primer Instituto

Para satisfacer la creciente demanda de vacunas, Pasteur promovió la creación de un instituto para investigar las enfermedades infecciosas, que finalmente se inauguró en París con su nombre en 1888. 

El Instituto Pasteur pronto se convirtió en el eje de la nueva ciencia de la microbiología, al recibir a médicos e investigadores de todos los confines del mundo, que después, regresaban a sus lugares de origen con nuevos conocimientos y equipamiento para luchar contra enfermedades que poco antes resultaban incurables.

Sus discípulos

Entre los discípulos de Pasteur destacó Émile Roux, su principal colaborador en el desarrollo de la vacuna antirrábica. Roux viajó en 1883 a Egipto para estudiar un brote de cólera, pero no le fue posible aislar al patógeno que lo provocaba, que sí descubriría más tarde el insigne Robert Koch. 

Sin embargo, ese mismo año Roux comenzó a estudiar la difteria, para la que sí logró desarrollar un suero efectivo con la colaboración de otro alumno: Alexandre Yersin, un científico suizo que pasaría a la historia por descubrir en Hong Kong la bacteria responsable de la peste bubónica, que recibió el nombre de Yersinia pestis. 

Un breve recuento de sus éxitos

Pocas personas han salvado más vidas que Louis Pasteur.

Definitivamente, Pasteur fue un químico que cambió nuestra interpretación de la biología en forma fundamental. Pero además, al examinar paso a paso su vida, se hace evidente que estuvo a la vanguardia de una nueva rama de la ciencia: la microbiología.

A continuación un breve relato de sus aportes a la ciencia y la salud.

Desarrolla la pasteurización

Pasteur se había dado a conocer con la teoría microbiana. Fue entonces cuando Napoleón II lo consultó debido a un problema complejo que tenía la industria vinícola francesa.

El buen vino francés era muy apreciado en toda Europa. Pero los productores estaban perdiendo dinero porque el vino con frecuencia se echaba a perder.

Pasteur descubrió que se debía a la contaminación bacterial pero si se hervía el vino para matar a las bacterias, sabía horrible.

En una serie de cuidadosos experimentos, Pasteur descubrió que calentar el vino a 55º, mataba a las bacterias sin arruinar el sabor.

Ese proceso, que después se conoció como la pasteurización, salvó a la industria vinícola y consolidó la fama de Pasteur.

Una observación casual en el gallinero

Las nuevas ideas de Pasteur sobre las enfermedades infecciosas lo llevaron a estudiar el cólera del pollo.

Fue entonces cuando hizo otro descubrimiento histórico. Tras estar ausente durante un mes de su laboratorio, Pasteur les inyectó a sus pollos un viejo cultivo de bacterias que habían preparado sus asistentes.

Las aves se enfermaron, pero no murieron se volvieron inmunes a la enfermedad.

Pasteur se dio cuenta de que las cepas debilitadas de una enfermedad podían ayudar a que los animales desarrollaran inmunidad contra ellas.

Un siglo antes, Edward Jenner había descubierto que el virus de la viruela bovina protegía contra la viruela.

Pero Pasteur había encontrado la manera de crear vacunas en el laboratorio.

Fue un momento crucial en la lucha contra las enfermedades infecciosas.

La vacuna contra la rabia

Pasteur concentró su atención en la rabia, una enfermedad mortal con síntomas horribles que causaba una muerte lenta y dolorosa. El científico había probado una vacuna en perros, pero le preocupaba hacerlo en humanos. Y se enfrentó a ese dilema con Joseph Meister, un niño que había sido mordido por un animal rabioso.

No estaba seguro de que Joseph se salvaría de la rabia, no obstante probó el tratamiento de todas maneras.

Y, como ya vimos, el niño sobrevivió.

Erradicación de la difteria

Uno de los primeros éxitos del Instituto Pasteur fue un avance en la lucha contra la difteria, una gran amenaza a la vida de los niños.

Dos de los primeros científicos que Pasteur designó como asistentes, Emile Roux y Alexandre Yersin, identificaron cómo la difteria causaba la enfermedad inundando el cuerpo con toxinas. Ese trabajo fue clave para encontrar un tratamiento y eventualmente una vacuna.
La lucha contra la difteria es una de las grandes historias exitosas de la medicina: hoy en día, los niños de todo el mundo son inmunizados contra esta enfermedad.

A través del trabajo de científicos como Roux y Yersin, el legado de Pasteur perdurará por los siglos.

Su muerte

Pasteur murió el 28 de septiembre de 1895, a los 72 años de edad. Francia lo trató como un héroe nacional. Fue enterrado en la catedral de Notre-Dame.

Aunque la teoría microbiana fue muy controvertida en sus inicios, hoy en día es fundamental en la medicina moderna y la microbiología clínica, que condujo a innovaciones tan importantes como el desarrollo de vacunas, de los antibióticos, la esterilización y la higiene como métodos efectivos de cura y prevención contra la propagación de las enfermedades infecciosas. (Por: Bibiana García)