En ocasiones, la solución a problemas personales o comunitarios está cerca, depende de conocimientos y experiencias ya adquiridas y que estemos dispuestos a involucrarnos.

Si el problema es de carácter social con expresiones de delincuencia y drogadicción juvenil y embarazos tempranos, son los padres quienes deben atender desde el hogar mismo a sus hijos con el antídoto del amor, del interés, del ejemplo.

Hace unos días, una mujer de aspecto anglosajón compartía las lecciones aprendidas a partir de los conocimientos ancestrales de don Eligio, curandero de origen maya. Como algo central para su vida modelada en la educación occidental, esta mujer se adentró en el mundo de los amerindios y sus poderosos saberes. Relata un suceso que ocurrió durante una larga travesía que hizo por la selva en compañía del curandero.

“Íbamos caminando. Él se detuvo y dijo que cerca había una serpiente venenosa. Efectivamente cruzó entre nosotros y mordió a uno del grupo de caminantes.

De inmediato don Eligio caminó poco y sacó con sus manos una planta, cortó su raíz y la machacó con una piedra y su propia saliva, la puso sobre la parte del tobillo en la que estaba la mordida y así pudo llegar hacia un doctor. Don Eligio dijo que el antídoto estaba a cuatro pasos”. Éste es un relato que prometió contar cada vez que pudiera hacerlo.

Ella se acompaña de un hombre mayor. Ambos son personas de alta estatura. Carl Anthony es afroamericano y es su maestro. Margaret Paloma Pavel nació en San Diego California de padres checoslovacos, es fundadora del Centro Casa de la Tierra. En el Octavo Encuentro de Valores realizado en Monterrey, ofrecieron juntos una conferencia.

Él es invidente y debe tener más o menos 75 años de edad. Apenas hace dos años perdió la vista, pero eso no lo obstaculiza para ser un visionario. Durante las últimas cinco décadas fue recogiendo historias que plasmó en el libro “The Earth, the city, and the hidden narrative of race” (“La Tierra, la ciudad y la narrativa oculta de la raza”), que se centra en la justicia ambiental y presenta la hipótesis que para el año de 2042 en los Estados Unidos la mayoría de la población será de raza negra, que se reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero y la inequidad en los ingresos y que habrá un medio ambiente sano y que todo esto lo propiciarán los próximos líderes de la justicia ambiental.

Los conocí a la salida de un elevador. Paloma lucía un atuendo africano. Carl, sobre una silla de ruedas, portaba un traje negro y un lazo de tela a manera de bufanda sobre su cuello. El vestido de la dama y la bufanda del caballero, del mismo tono verde. Pensé que eran pareja.

Me atreví a llevarlos a Bustamante, Nuevo León, y volví a corroborar que para propios y extraños es un pueblo con magia. En sus propias palabras la experiencia que vivieron allí fue lo más notable de su visita a México. Sacaron fotografías e hicieron apuntes que dijeron utilizarían para compartir en alguna de sus conferencias.

Carl Anthony, al momento de degustar el pan de Bustamante y los dulces de leche recocida con nuez, expresó con su rostro el placer del sabor inesperado. Siempre preguntando si los insumos de lo que comía eran locales, agradecía a los anfitriones la experiencia vivida.

Paloma, a la mañana siguiente, me comentó que había “soñado en español” y en su sueño veía a Bustamante como una risueña villa verde. Me ofreció consejos de cómo aprovechar los materiales de la región para fortalecer más aún la arquitectura de tierra del pueblo.

Al final del viaje, Paloma pidió que cada uno de nosotros diera un mensaje sobre lo que había aprendido. Los mensajes los grabó. Al despedirnos me obsequió su libro “Random kindness and senseless acts of beauty” (“Bondad al azar y los actos de belleza sin sentido”) que por sus ilustraciones parecería dirigido a niños y; sin embargo, contiene el pensamiento filosófico de todo un movimiento ambientalista que busca respuestas a cuatro pasos.

Y pensar que muchos de los problemas públicos tienen soluciones cercanas a quienes los provocan y que éstos poseen los antídotos para combatirlos.