El agua de sus venas
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El agua de sus venas
¿Quién nos quita el amor por el mundo? Aquí estamos arrobados por el agua que antes corría libre. Ese cuerpo dúctil del que se tomaba lo necesario. Me refiero al tiempo silvestre de las naciones semi nómadas aquí en el norte, cuando los ríos eran de los ríos mismos.
Con la consideración de que he sido infectada por Rousseau, las naciones semi nómadas siempre fueron lo que ahora conocemos: seres viviendo fuera de límites fijos, outsiders les llamarían ahora.
Ellos, la otredad, lo que no se quiere ver, son el contrapunto más lejano del espíritu tasador del mundo. Tal vez acercarnos a esa manera de vivir con las sustancias que nos rodean, podría animarnos a dar un paso hacia atrás, o más claramente dicho: más de dos mil pasos hacia atrás si se revisa el actual modelo económico, político y social en el que vivimos.
No sería un mundo fácil, nos quejaríamos mucho, habría qué trabajar más y consumir menos. Incluso nos enfrentaríamos a la idea de dejar de producir alimentos en monocultivos que agotan la tierra, y si no se venden al precio mejor, se tiran. Pero un modo así no es viable para el esquema de crecimiento sin fin que se plantea, que debe ocurrir, y que además, lo hace.
El dolor de la falta de agua, lo vemos en Cuatro Ciénegas, aquí los lugareños señalan cómo rumbo a Ocampo, el proceso de extracción de agua iniciado hace poco más de diez años, ha dejado sin agua a la comunidad. Grandes extensiones de monocultivo de alfalfa son la causa señalada por ellos.
Las mujeres se duelen de ver sus nogaleras y cultivos familiares secarse. El uso común que se unía a la narrativa y tradiciones locales, también tiene años de ser una oquedad sin agua en movimiento.
La comunidad se siente sola. El ánimo es que se gobierna para unos pocos en la distribución del agua, para unos pocos que por cierto no viven allí. Se vende el desarrollo corporativo y a quienes están en contra, o bien, manifiestan sus preocupaciones, se les adjetiva con la vieja frase: están en contra del progreso.
¿Qué cuentas que ha dejado el progreso? No las enumeraré aquí, solo invito a la reflexión. Por cierto ¿qué se entiende por progreso? Observamos cómo los límites políticos establecidos en la geografía ya no son importantes, los límites que cuentan son los establecidos por las empresas y los negocios. Describo este hecho solamente.
Ya incluso Naciones Unidas hace años, declaró que: “el derecho al agua potable y el saneamiento son un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos.” Sin embargo, vemos cómo existe discriminación a ciertos grupos. El derecho humano de acceso al agua significa que todos debemos recibir agua.
En estas tierras hay motivos de discriminación que han sido ya anotados, uno de ellos, difundido por Naciones Unidas es: “la condición de nacimiento, la tenencia de bienes, el lugar de residencia, y la situación económica y social.” Parece que los pobres o quienes tengan tierras donde hay agua, siguien siendo vulnerados.
Este año el lema del Día Muncial del Agua fue no dejar a nadie atrás en el acceso al agua, y que todos disfrutemos de un acceso equitativo y sostenible. ¿Aquí seguirá siendo una frase bien intencionada?
Corren las aguas antiguas ya por lo pronto resguardadas con seguridad y lo que ellas contienen: especies de flora y fauna en una parte del valle. Pero en la otra parte, en el poblado, hay desigualdad en la asignación de agua. El hemoso y amplio cielo sigue recibiendo turistas que ignoran el dolor de los lugareños. Incluso entre ellos, se cuentan a manera de broma, que son pueblo mágico porque hacen milagros con la poca agua que reciben, entre otros malabares que deben hacer para vivir allí, acompañados de sus saberes, oficios, tradiciones y recuerdos.