CIUDAD DE MÉXICO.- Lo que para Héctor Farid, de sólo 6 años de edad, empezó como un juego, ahora se ha convertido en su pasión casi de tiempo completo: crear arte en plastilina.

La creatividad y el gusto por este material inició cuando aún era un bebé de 3 años, pero sus padres nunca imaginaron que podría convertirse en una actividad casi de tiempo completo, incluso por encima de algún deporte o juego propio de la niñez.

Para realizar cada obra, el niño sólo utiliza tres materiales: plastilina de diversos colores, palillos y pegamento blanco que sirve para barnizar las figuras.

También se inspira en la figura humana y en la reproducción, pues ha creado cuerpos que incluyen cerebro, corazón, venas y huesos, lo que llamó la atención de un familiar que ha tomado cursos de arte, y que, según sus palabras, el niño utilizaba técnicas muy precisas.

LUCHADOR

Pero no todo han sido sonrisas para Farid, se creyó que nacería con síndrome de Down y pies equinovaros, malformación que lo afectó durante sus primeros años.

El niño no nació con Down pero a las semanas de nacido fue necesario enyesarle ambos pies desde la cadera para iniciar con un largo tratamiento de casi dos años que finalmente le ha permitido caminar sin problemas y llevar una vida normal. 

Su material supera 100 personajes, sin contar los que ya ha vendido.

Ha realizado algunos pedidos exclusivos para algunos clientes que conocen su talento.

Cada mes presenta su obra al público tecatense que se reúne en el Tianguis de Intercambio Cultural “Semillero”.

Ahí se presentan diferentes muestras artesanales, gastronómicas, talleres y productos orgánicos.