“Tenemos el derecho a soñar” enuncio el humano que tanto legado dejo y tantas cosas nos enseño sobre los pueblos de América Latina. Eduardo Galeano, quien fue periodista, novelista, documentalista e historiador con alma de poeta.

El uruguayo que convirtió a libros como Las venas abiertas de América Latina (1971) en un referente de la defensa de todo un continente, "La verdad, es como la hoja de una espada sin empuñadura, corta por todos lados a quien quiera sostenerla, y más a quien quiera forcejear con ella", escribía Galeano en una parte de su obra. Quizá, su libro más solemne, es donde aborda la situación de su continente natal, criticando tanto la incapacidad propia y sobre todo, la opresión ejercida por los poderosos y la triste situación de millones de inocentes víctimas.

Un libro que comenzó siendo sobre historia de la economía y que termino acuñando párrafos de misticismo moral, rabioso y duro. En temas como la división internacional del trabajo, relata que unos pocos se especializan en ganar y unos muchos en perder.

La historia de América es una historia del pillaje, cierra en una de sus partes, donde lo que resalta es el “saqueo imperial”. Autodidacta virtuoso, el interés de Galeano por la historia económica y su creencia firme por la ideología de izquierda lo llevaron a escribir en tiempo de guerrillas y torturas, a expresar el sentimiento que lo consumía al ver la opresión y las desigualdades aún persistentes.

Además de ser conocido por su pasión por la historia y la política, Galeano escribió con frecuencia sobre fútbol, otro de sus grandes afectos. El libro de cuentos Fútbol a sol y a sombra es sin duda, una referencia indiscutible en esta suerte de subgénero literario. "El fútbol es el opio del pueblo", escribía en sus últimos textos por las redes sociales.

Hay mucho que decir de este personaje que fue imprescindible para la historia moderna de la humanidad; agradecemos su animadversión por el capitalismo más liberal, sus reservas a las nuevas tecnologías, su preocupación por la madre naturaleza, pero sobretodo su férrea defensa por el que menos tiene; una frase que engloba su lucha por la desigualdad; "nuestro enemigo no es el imperialismo, ni la burguesía, ni la burocracia (…) nuestro enemigo principal es el miedo, y lo llevamos adentro"

Su regreso a su natal Uruguay se produjo en 1985, cuando se restauro la democracia, fue en ese mismo año donde fundó el semanario Brecha, publicación que en 2010 creo el Premio Memoria del Fuego. El primero en recibirlo fue el cantante y compositor español Joan Manuel Serrat.

Para América, la firma de Galeano contra el decreto por el que Obama calificó al país de Venezuela como una amenaza. Para México, solidaridad a las familias tristes y desalentadas como las de los 43 estudiantes desaparecidos en la tragedia de Ayotzinapa. Siempre del lado de los pobres, de los indignados, su activismo social y compromiso con los desprotegidos nos deja esa estela de solidaridad y fe humana en el momento que más lo necesitamos.

@abraham_AAR