Ediciones mexicanas del Siglo 19
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Ediciones mexicanas del Siglo 19
Aunque de su edición Príncipe llegó a México un buen número de ejemplares el año mismo de su publicación, 1605, sin embargo durante la época colonial El Quijote jamás se imprimió en Nueva España. La primera edición mexicana vio la luz hasta que pasó una docena de años, después de la consumación de la Independencia nacional, es decir, en 1833. Apenas un año después, por cierto, de que fue impresa la primera edición en el continente americano, en Estados Unidos en lengua inglesa en 1832.
En realidad fueron muy pocas en el Siglo 19 las ediciones mexicanas de la magna obra de Cervantes, pues sólo se imprimieron cuatro.
La primera edición que salió de prensas mexicanas, en 1833 como ya se dijo, 228 años después de la edición Príncipe, es conocida por el apellido de su impresor: Arévalo, pues su nombre era Mariano Arévalo. Salió en cinco pequeños tomos y según reza su portada es “conforme a la de la Real Academia Española, hecha en Madrid en 1782” y contiene veinte ilustraciones tomadas de esta misma edición, a la que ya hice referencia aquí anteriormente.
En México hay tres grandes colecciones particulares de libros de El Quijote, a las que después dedicaré algún artículo: la de Franz Mayer, la de Carlos Prieto y la de Eulalio Ferrer. De la edición de Arévalo, con sus respectivos cinco tomos, existen tres ejemplares en la de Franz Mayer, uno en la de Carlos Prieto y ninguno en la de Ferrer.
Nueve años después, en 1842, salió en dos volúmenes la segunda edición mexicana, espléndida de acuerdo a la opinión unánime de los conocedores, obra del gran tipógrafo y editor Ignacio Cumplido, razón por la que a esta edición de El Quijote se le conoce como “de Cumplido”. Contiene 125 litografías pulcramente impresas, que corresponden a dibujos compuestos por el célebre Tony Johannot.
Tan es una obra magnífica esta edición, orgullo de las artes gráficas mexicanas del Siglo 19, que el librero Miguel Ángel Porrúa ha impreso desde 1995 al menos cinco estupendas ediciones fascimilares de El Quijote de Cumplido, aparentemente con un tiraje de mil ejemplares en cada ocasión. Previamente, en 1988, el mismo Porrúa imprimió una selección de diez estampas de El Quijote de Cumplido, publicación que es verdaderamente una joya bibliográfica.Cada una de las tres colecciones particulares referidas cuenta con un ejemplar original de Cumplido.
Justo 10 años después, en 1852-53, salió de la imprenta llamada “La voz de la religión” la tercera edición mexicana publicada por Simón Blanquel en dos tomos y con 43 litografías, todas tomadas de la edición de Cumplido “pero de muy inferior calidad…y por desgracia con errores, algunos de ellos en los textos que llevan al pie”. Cada una de las tres colecciones mencionadas cuenta con un ejemplar de esta edición de Blanquel.
En 1868 y 1869 se publicó la cuarta edición mexicana de El Quijote, en cuatro tomos, por “La Opinión Nacional” en la Imprenta de Mariano Villanueva, que incluye el famoso Buscapié (al que haré referencia en otro artículo), edición de la que se ha dicho “que casi no vale la pena comentar” por su factura defectuosa y baja calidad. Sólo la colección de Carlos Prieto cuenta con un ejemplar de ésta. (25)