Ecuador y Bolivia, otra alternativa

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Ecuador y Bolivia, otra alternativa

La República Bolivariana de Venezuela es el referente negativo que en México los partidos políticos de derecha  –los que toman decisiones a favor del poder económico más que de la sociedad- emplean  para argumentar sin matices que los gobiernos son sólo neoliberales o populistas.

Acosado vilmente por Estados Unidos –imperio decadente- y la oligarquía local que se aferra a recuperar sus privilegios, el gobierno venezolano no está exento de errores estratégicos en materia  política y económica, los que le han costado no tener mayoría en el Congreso nacional con una crisis política de enorme consideración.

Sin embargo, los intelectuales orgánicos y la derecha mexicana no consideran otras experiencias de gobiernos latinoamericanos de centro-izquierda que eventualmente han tenido éxito, sobre todo en cuanto a distribución de la riqueza se refiere.

Son positivas las experiencias de la República del Ecuador con el expresidente Rafael Correa, y de la República Pluricultural de Bolivia con el presidente Evo Morales,  para verificar que, si se piensa más en la sociedad y menos en las componendas y privilegios al capital, otras alternativas soberanas y nacionalistas, gobiernos de centro-izquierda, son posibles.

En la ciencia económica el “coeficiente de Gini” es una herramienta para determinar la desigualdad en un país o región, el cual es un número en rango de 0 a 1, cero es la igualdad perfecta y uno es que hipotéticamente sólo una persona posee toda la riqueza. Según información de la Comisión Económica para América Latina (Cepal, de la ONU) en Bolivia  dicho coeficiente ha mejorado ya que en 2008 era de 0.56 y en el 2015 se ubicó a 0.49; en Ecuador en el año 2010 era de 0.49 y en 2015 pasó a 0.45; pero en México cada vez más se acentúa la desigualdad, ya que el coeficiente de Gini en 2010 fue de 0.47 y en 2015 fue 0.50, y con la reforma laboral Calderón-Peña hoy puede superar  el 0.50. Hoy más de lo mismo.

Considerando que tienen menos población que México (Ecuador 16.62 millones de habitantes y Bolivia 11.07), lo anterior no implica que en esos dos países hermanos no existan  problemas sociales y económicos, sin embargo, por similitud o eventual diferencia de indicadores  es evidente que es errónea la embustera consigna “neoliberalismo o populismo” que ubica como ejemplo de catástrofe a Venezuela, como si no estuviéramos ya en condiciones deplorables, resultado de gobiernos neoliberales. 

Por otro lado, los países señalados tienen poco más de 10 años de reconstrucción política, económica y social, a través de políticas de democracia participativa más que sólo representativa, en las que la opinión de la sociedad sí es tomada en cuenta. Para el año 2015, con datos de la Cepal, el siguiente cuadro comparativo indica que sí hay otra alternativa al neoliberalismo.