"Opio", "Cocaína", "Morfina", "Marihuana", "MDM", "Talidomida", "Lorazepam", "Alcohol", "Tabaco", "Tripi", "Base", "Sexo" son los títulos de los capítulos que conforman el libro “Drogadictos”. Publicado por Demipage llegará a las librerías el 20 de marzo para ofrecer a los lectores estos testimonios de las dependencias del artista.

"Tenía la nariz taponada por tanto golpe de polvo seco. Pero eso jamás detiene a un cocainómano; nada lo detiene cuando está en pleno romance con la cocaína. Ni su madre, ni sus hijos ni su pareja", escribe Carlos Velásquez, quien, junto con Mario Bellatín que cuenta su experiencia con la Talidomida, son la presencia mexicana en el volúmen.

Una niña consume opio para aliviar el dolor de una quemadura en el capítulo de Lara Moreno, mientras que el espacio de Sara Mesa le sirve para mostrar la morfina desde otra perspectiva. Juan Bonilla, por su parte, se reduce a un ático para viajar con la MDMA.

Para cerrar el texto, José Ovejero hace una confesión pública, que no sabe si le sirve de desahogo o de qué, pero acaba diciendo: "Termino aquí. Desalentado. Más triste de como empecé a escribir esta historia. Es difícil mirar el propio pasado sin que las propias miserias tiñan el resto. No, quizá no sirva de nada compartirlo con los demás. No cambia absolutamente nada. Así que esto es todo. Repito: esto es todo. No voy a volver hablar de esto nunca. Mi vida, a partir de ahora, es cosa mía...".

Ilustrado por Jean-Francois Martin, sus editores, David Villanueva y Manuel Guedan expresan que no es un indulto a la relación entre el proceso creativo y las sustancias psicoactivas.

"Quizá podríamos decir que en esta reunión de magníficos escritores que os proponemos, cada uno representa literariamente las drogas o las consecuencias de su uso a través de sus palabras", explican los editores.Con información de EFE