Usted está aquí
Dos temas
Primero: ignoro cómo funcionaron los fideicomisos que el Congreso echó abajo. Ahora sé que aquel que apoya a los investigadores con dinero para cada investigador y para grandes y pequeñas investigaciones en el sexenio de Enrique Peña Nieto fue desastroso. El Conacyt gastaba nada más en administración 500 millones de pesos anualmente. Fueron recursos perdidos para el País y para la ciencia. El director puso a trabajar a muchos de los mejores para beneficio de empresas como la Volkswagen y las farmacéuticas. El dinero de la nación para beneficiar a extranjeros. Al menos en esto parece que hay un cambio benéfico.
Segundo: por culpa del COVID he leído muchos libros porque no me queda de otra, porque me hacen compañía y porque me gusta. Más que leer, Borges aconseja releer. Retomé a Augusto Monterroso: es inteligente, chistoso, breve, burlón, informado y sincero. Escribió fábulas en las que se burla de fabulistas y cuentistas. Ejemplo: nació una oveja negra y las blancas la pasaron por las armas; luego le hicieron un monumento. Monterroso escribió un sinnúmero de ensayos, en general cortos. En poco espacio resuelve problemas y da claves para entender textos engorrosos de Góngora, Shakespeare, Quevedo u otros.
Regresé al libro que recupera las seis conferencias que Borges dictó en inglés en la universidad de Harvard cuyo título es Arte Poética. Si lo hubiese escrito ya sería una obra maestra, pero lo dictó, puesto que estaba ciego. Citaba poemas en inglés, en alemán, en español. Decía al público: sé que ustedes recuerdan este poema del siglo 16 que dice así… Y claro que nadie lo recordaba. Recitó versos de alrededor de 150 poetas, todo de memoria. Releí algunos cuentos: “El Áleph”, “Funes el Memorioso”, “Emma Zunz”, “La Intrusa” y “Tlön”. Mi predilecto es “Pierre Menard, autor del Quijote”. Pedí a mis alumnos leer dos poemas para discutirlos: “Poema de los dones” y “Borges y yo”. Dijeron que les habían gustado (quienes dicen que los estudiantes no gustan de la lectura, la reflexión y la crítica están extraviados.)
Volví a Franz Kafka. “La Metamorfosis”, en traducción de Borges, es un regalo. Revisé su “Carta al Padre”, en la que pone a su papá en el basurero. No me gustó. Kafka la escribió ya treintón, ¿por qué lo hizo?, ¿por qué chingar a su padre? Porque estaba amargado. Lo abandoné y leí “El Proceso”; una maravilla.
Un autor al que volví es George Steiner. No todo lo que escribe es de lectura fácil, pero es el gran ensayista de nuestro tiempo. Sus artículos publicados en The New Yorker, su libro sobre la traducción, el que dedica a la palabra (¡a la palabra; no tiene madre!), los libros que no ha escrito y una obra sobre Martín Heidegger en la que Steiner es honesto y generoso con ese cerdo nazi. Corrijo: siendo Steiner judío se atrevió a hacer un libro elogioso para el más grande filósofo del siglo 20 (aunque fuera un cerdo).
Leí a la historiadora Natalie Davis. Me prestaron una de sus grandes obras: “León el Africano”, que es el resultado de una investigación que le llevó años. Un árabe nacido en Granada salió huyendo cuando los españoles la invadieron en 1492. Se refugió en Marraquech y se puso al servicio de un sultán. Viajó mucho, aprendió nuevas cosas, se hizo experto en legislación islámica. Un buen día lo atraparon esclavistas españoles y lo vendieron en Italia; lo compró el Papa. León aprendió italiano y latín. El Papa le pidió organizar los muchos manuscritos árabes de la Biblioteca Vaticana. León publicó libros en italiano, latín y árabe y se hizo famosísimo. La historiadora rescata esa biografía que habla de tres mundos: el del Renacimiento, el musulmán y el del África negra.
He repasado temas de las clases que imparto por Teams: Hermenéutica e Historia del Medio Ambiente. Al iniciar el semestre temblaba porque me suponía pésimo maestro enseñando a través de una pantalla. Por suerte no me ha ido mal. A mis alumnos les gusta; a mí también. Los veo, les pregunto, me preguntan, leen y comentan, enseño y estudian.
¿Qué leo ahora mismo? Dos libros sobre música colonial española y latinoamericana que acabo de recibir. Deseo comprender los cánticos navideños que hemos recogido en el municipio de General Cepeda.