Hoy todavía el presidente López Obrador continúa en Sinaloa en gira de trabajo. Fiel a su costumbre arribó en vuelo comercial el viernes al aeropuerto de Mazatlán y abarrotó el lugar de personas buscando saludarlo y tomarse la foto. Hizo una visita exprés a Tuxpan, Nayarit y regresó a Sinaloa por la noche para pernoctar en el puerto.

Ayer sábado desayunó temprano con el gobernador Quirino Ordaz y el alcalde Guillermo Benítez. Hasta ahora van tres mensajes importantes de su gira:

Primero. Recibido por manifestantes inconformes por el carácter cerrado del evento, López Obrador sostuvo desde El Rosario que sí hay presupuesto suficiente para financiar el progreso del País y en ese progreso se inscribe la realización de la presa Santa María, que dotaría de agua a más de 40 mil hectáreas de agricultura en el sur de Sinaloa; así como las obras hidráulicas restantes de la presa Picachos que garantizaría el suministro de agua por los próximos 50 años para Mazatlán. Se comprometió a culminar ambas.

Segundo. En lo que parece una mala noticia y tras un recorrido por el lugar, se dijo a favor de continuar con el desarrollo del Centro Integralmente Planeado (CIP) de Teacapán, denominado Playa Espíritu, pero no con dinero público sino con privado a través de una modelo de subasta.

Habló de no desperdiciar los 2 mil 500 millones de pesos ya invertidos en el proyecto, pero falta, por supuesto, más información para definir si un escenario así sería viable y en favor del desarrollo turístico de la zona, toda vez que el expresidente Calderón inauguró el proyecto con grandes expectativas que se estancaron durante el sexenio de Peña Nieto. López Obrador se comprometió a tener un plan al respecto dentro de 15 días.

Por la tarde el Presidente se trasladó a Culiacán, donde realizó un evento en la explanada del Palacio de Gobierno que lució llena de ciudadanos y burócratas del sector salud, la UAS y el ISSSTE con demandas específicas.

El resbalón previo a la gira lo dio en Twitter la diputada federal Yadira Marcos, de Morena, quien difundió un promocional con la imagen de AMLO invitando a la gente a recibir sus tarjetas como beneficiarios de los programas Pensión Para Adultos Mayores y apoyo a personas con capacidades diferentes.

El tuit se viralizó y fue duramente criticado por violar el artículo 134 de la Constitución que prohíbe el uso de la imagen de funcionarios en programas sociales. Habría que decirle a la diputada Marcos que oportunismos así son justo lo que prometieron cambiar.

Cosa curiosa, al abrir su discurso AMLO insistió en que dichos programas bajarán de manera directa a los beneficiarios sin intermediarios, para evitar moches y clientelismos de organizaciones. Justo en sentido contrario de la propaganda de la diputada Marcos.

Consciente de la problemática violenta y narca de Sinaloa, pero sin llamarle por su nombre, el Presidente dedicó buena parte de su discurso a explicar el programa de jóvenes: mil 600 pesos cada dos meses para alumnos de preparatoria y 2 mil 400 pesos mensuales para alumnos de universidad de bajos recursos.

Tercero. Sin duda el anuncio más relevante para Sinaloa fue la confirmación de la nueva política de precios de garantía para el campo. Especialmente para maíz, arroz, sorgo, trigo, frijol y productos lácteos. La política va dirigida a agricultores en pequeño (hasta 20 hectáreas) y con el objetivo de la autosuficiencia alimentaria.

De acuerdo con los expertos, la medida es una pésima idea pues no genera innovación y tampoco tiene un impacto positivo en el PIB. Como antecedente tenemos la Conasupo y ya sabemos cómo terminó: como una de las instituciones más corruptas del Gobierno mexicano. Así que habrá que esperar las reacciones del sector y mayor información sobre la implementación.

Por último, López Obrador también aprovechó la visita para enviar un mensaje político y exigió respeto para el priista Quirino Ordaz, a quien reconoció como un gobernante “responsable”. El guiño explica la buena relación entre ambos y va dirigido a los morenistas locales después del encontronazo entre el Legislativo y el Ejecutivo por el presupuesto 2019 que, como vimos, se resolvió con su intercesión.

Pero sobre todo sirve para comprender su intención de fijar los tiempos políticos, abandonar la confrontación y conseguir aliados para su gobierno. “Y si no les gusta, no me importa”, dijo para apagar el intento de abucheo.

Y remató: “Ya no estamos en campaña”… después prometió que volvería el beisbol a Guasave.