La Casa Blanca reconoció hoy que el presidente estadounidense, Donald Trump, ayudó a su hijo mayor con su declaración sobre su controvertido encuentro con una abogada rusa, después de que el diario "The Washington Post" adelantara hoy que el presidente le dictó el texto.

La portavoz de Trump, Sarah Sanders, dijo que el presidente se involucró pero no le dictó a su hijo lo que tenía que escribir. "El presidente dio su opinión como lo haría cualquier padre en base a las limitadas informaciones con que contaba", afirmó Sanders, quien añadió que la declaración de Donald Trump Jr. fue verídica y que no contenía datos falsos.

El "Washington Post" había informado que Donald Trump fue quien dictó la declaración engañosa que hizo su hijo mayor respecto de un polémico encuentro con una abogada rusa durante la campaña electoral.

En la declaración se afirmaba que en la conversación entre Donald Trump Jr. con la abogada Natalia Veselnitskaya en junio de 2016 únicamente se habló de un programa de adopciones de niños rusos y que en ese momento este no era un tema de campaña.

Según el diario, que cita a fuentes cercanas al Gobierno, el presidente dictó el texto el 8 de julio a bordo del vuelo del Air Force One que lo traía de regreso de la Cumbre del G20 en Hamburgo.

En opinión de los analistas, de ser cierta la información, pondrá en más dificultades al presidente en el escándalo por sus presuntos nexos con Rusia, ya que se lo puede acusar de inmiscuirse y generar desinformación.

En medio de fuertes presiones, Trump Jr. tuvo que hacer público el intercambio de emails con la letrada, y de los correos se infiere que aceptó reunirse con ella porque le prometió material comprometedor sobre la adversaria de su padre en la carrera presidencial, la demócrata Hillary Clinton.

En uno de los emails incluso se menciona la intención del Gobierno ruso de ayudar a su padre. Hasta el momento este es el indicio más firme sobre la posibilidad de que el equipo de la campaña presidencial de Trump estuviese dispuesto a cooperar con Moscú.

Un fiscal especial y varios comités parlamentarios investigan si hubo colusión entre los asesores de Trump y Rusia. Los servicios secretos estadounidenses acusan al Kremlin de haberse inmiscuido en la campaña presidencial de 2016.