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Doña Juanita… una mujer de fe; tiene 40 niños Dios en su casa
FOTO Y VIDEO: ORLANDO SIFUENTES/MARCO MEDINA
Juana Pacheco Hernández o Juanita como mejor la conoce la gente que vive en la colonia Héroes de Nacozari y sus alrededores, se caracteriza por tener entre sus pertenencias más de 40 niños Dios, además de ser la curandera oficial del barrio y más allá.
Ha pasado un año desde la última vez que platicó para VANGUARDIA, sin embargo, ella recuerda bien los rostros de los fotógrafos y de la gente que la ha entrevistado.
Con un saludo afectuoso recibe a quienes llegan a su hogar pidiendo ayuda o llevándole otro niño Dios como muestra de agradecimiento por el apoyo que otorga a la gente que siente perder su fe.
“Me encontré al niño allá en el monte y me lo traje para acá, lo mandé arreglar, no los he contado, pero son más de 40 niños Dios. Yo nada más los acuesto, los levanto y sigo adelante con ellos” comenta Juanita.
EN VÍSPERAS DE LA CANDELARIA
El Día de la Candelaria está cerca, y ella se prepara con lo que tiene para hacerles su rosario a los niños Dios, dice que sus nietos también la acompañan, pues les ha inculcado el rezo.
Juanita piensa que gracias a su fe ha salido adelante, pues considera que si no se tiene, nada vale la pena. De la gente que la visitaba, pocos la siguen frecuentando, especialmente quienes la conocen desde hace años.
Junto con su esposo, quien falleció hace diez años, fincó su casa, ellos fueron los primeros en hacerlo.
“Ya tengo muchos años, fui la primera que finqué, de a poquito fincamos yo y mi viejo, él ya murió hace más de diez años, siempre estuvimos juntos. Luego ya tuve a este niño (su hijo) pues ya está grande, es el papá de los niños (sus nietos) y ahí andan. Tengo 4 hombres y 4 mujeres, ya están grandotas” agregó.
Al preguntarle del poder que tienen los niños Dios, aclaró que es la fe la que hace los milagros, pues si se pide algo con mucha fuerza, los niños comienzan a actuar. También comentó que la maldad existe en el ser humano, y es algo que ha experimentado en carne propia.
“Luego, la gente tiene maldad a los demás, les hace daño con una brujería, se ponen enfermos, chuecos, padecen de muchas cosas. Algunas personas ya se aliviaron, viven aparte y vienen de lejos también, de Concepción del Oro, Zacatecas.
Sí termino cansada, pero la energía la agarro de vuelta. Pues a echarle ganas, ¿qué más hacemos? Porque no queda otra más que trabajar y echarle ganas para tener qué comer”.
SIGAN SUS SUEÑOS
Juanita recomienda a la juventud no desistir en aquello que se desea con el corazón, y aprovechar el tiempo.
Luego hace una pausa y después relata sus recuerdos de la infancia, dice que su madre sabía rezar, y fue por ella que aprendió a hacerlo.
“Cuando fui a Espinazo, es que yo estaba chiquilla, tenía ocho años, y dije: Yo voy a conocer al niño Fidencio, al cabo no me hago nada, y a escondidas de mis padres me fui en el tren y luego allá en Paredón se queda uno, y luego otro día viene el tren y se va para Espinazo, ahí me quedé, pues ni modo, dijo una señora:
“Tenga si quiere un pedacito de cobijita, pues no trae nada. No si yo ya iba sin cobijas, sin nada, dije yo: pues vamos a conocer.
“Después ya no me pude venir, ahí me quedé. Mi papá no creía en ello, en el niño no creía, decía; No me gusta que anden en otras creencias, crean en Cristo, nomás así me decía y nos íbamos a la iglesia cada ocho días, yo como quiera me escondía y me iba para Espinazo. Al cabo no es nada malo, también rezan igual ¿qué le puedo quitar a la iglesia? Nada
Pasados los años, doña Juanita continúa atendiendo a la gente que llega a su hogar, se muestra satisfecha con su vida y respeta toda religión, lo único que pide es que la humanidad vuelva a tener fe.
CORDIALIDAD
Sus nietos la rodean mientras juegan o platican con los niños Dios, el más pequeño la voltea a ver, obedece a lo que su abuelita le pide, busca velas para prenderles a los niños y no encuentra, así que opta por contar cómo es que armó el automóvil de Batman únicamente con legos.
Otro de los nietos les tiene miedo a las figuras de los niños Dios, pues dice que uno en particular se mueve de lugar, o cierra los ojos, pero aun así él pierde el miedo si se trata de acompañar a su viejita.
SUPERSTICIÓN
El retrato de Pancho Villa, La Virgen de Guadalupe y el Niño Fidencio también la protegen de todo mal, y a su familia igual.