Tenía que pasar: el Peso volvió a tocar mínimos históricos -el Dólar en ventanilla bancaria se llega a cotizar este jueves en 21.10 pesos- y en el horizonte asoma la amenaza de una recesión luego que el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, anunció su salida de la institución.
 
Y aunque Carstens, símbolo de la estabilidad financiera, permanecerá en Banxico hasta el 1 de julio, para asumir en octubre de 2017 la Gerencia del Banco de Pagos Internacionales, su renuncia supone un nuevo golpe a la ya precaria estabilidad financiera mexicana.
 
Aunque el Gobierno se apresuró a garantizar una "transición ordenada" en Banxico, con la salida de Carstens, México pierde un baluarte ante el vendaval que se avecina, y la aparente tranquilidad de la cúpula bancaria y gubernamental no logró convencer a los mercados.
 
Por eso el Peso sufrió una rápida caída y superó en menos de una hora las 21 unidades por Dólar. El propio Agustín Carstens debió salir a dar una conferencia de prensa a las 13:00 horas para explicar su salida.
 
Nadie duda de que 2017 será el año de la gran tormenta. La inflación subirá y si Trump cumple su programa de máximos, hay analistas que apuntan a una recesión histórica. En previsión, el propio Carstens rebajó hace una semana el pronóstico de crecimiento del PIB en medio punto hasta situarlo entre 1.5% y 2.5%. Un cálculo que muchos analistas consideran muy optimista.
 

En este horizonte de incertidumbre, los motivos de la salida de Carstens aún son oscuros. Hay quien especula con desacuerdos internos o la decisión gubernamental de imponer a otro gobernador más maleable en una época electoral.
 
Todo son especulaciones. En su entorno se considera que se trata simplemente de un ascenso. A nadie se la escapa que Carstens siempre ha ambicionado un puesto internacional y que tenía la mirada fija en el FMI, donde en 2011 se postuló a la dirección frente a Christine Lagarde. El Banco de Pagos Internacionales sería un paso en esa dirección.
 
“Su nuevo puesto es un orgullo para el país y una muestra del talento de Carstens y de la fiabilidad que han alcanzado las finanzas públicas en México”, señaló el secretario de Hacienda, José Antonio Meade.
 
En ese mismo sentido se expresó Luis Robles, presidente del BBVA-Bancomer, el mayor banco de México, quien se mostró “muy tranquilo” con la sucesión. “Hay muchos candidatos que pueden ocupar el puesto”, dijo en un foro organizado por Bloomberg.
 
Tras la salida de Carstens del Banco de México, Peña Nieto tendrá que designar a un sucesor que deberá ser ratificado por el Senado. Esta misma semana, el Congreso confirmó el nombramiento de Alejandro Díaz de León Carrillo como subgobernador del banco central a partir del 1 de enero de 2017.