Doblan las campanas (1)

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Doblan las campanas (1)

1. Este lunes, por motivos personales (mejor dicho, muy íntimos), Samuel Rodríguez Martínez solicitó licencia al cargo de diputado local. La fracción parlamentaria del PRI ha designado en su lugar al diputado Jaime Bueno Zertuche, quien el martes fue oficializado ante la Junta de Gobierno y el Pleno del Poder Legislativo. También rindió protesta el suplente del diputado Samuel Rodríguez, un compadre del despedido y por cierto cónyuge de la oficial mayor del Congreso. A través de los medios electrónicos, el hoy defenestrado Samuel anunció “su decisión” de dejar el centro de alabanza y retirarse a sus negocios en la radio coahuilense.

En el primer acomodo sexenal, la clave está entre la gente de la hechicera hidalguense que pasó por esa cuna de grillos que fue el DIF estatal durante la dictadura: a saber, Bueno-Decanini-Loya.

La cuerda se rompió por el lado más sensible y frágil, y la lección va contra el mentor bailarín de los millones y su vástago. La serie de cambios vienen cercanos al otoño y como las hojitas de los árboles se caen, diría Cri-Cri, que también era grillo.

2. Subió Rubén M. a la tribuna de la Cámara de Diputados y endilgó la siguiente diarreica mental: “Todos los días, más de dos millones de mujeres y hombres dedicados al trabajo doméstico salen a trabajar sin seguridad social. A diferencia de otros trabajadores, ellos no cuentan con Seguro Social, Infonavit y derechos laborales; tienen jornadas muy amplias; a veces nunca tienen descanso, a veces duran toda la noche trabajando y continúan durante el día. Son gente que merece seguridad social”. Y con ello, urgió al Senado para que ratifique un acuerdo internacional que les permita a esos trabajadores contar con seguridad social.

Loas recibió el diputado de mentiritas (según la definición de David Aguillón) de diversas plumíferas pagadas, sin embargo, se sugiere al flamante diputado estudiar mejor la ficha para la otra (como decíamos en Leyes), ya que desde el 26 de agosto de 2014 el IMSS a través del DOF dictó el acuerdo número SA2HCT250614/140, por el que se autoriza el pago bimestral de cuotas del seguro obligatorio para patrones de trabajadores del servicio doméstico.

Algo raro en el discurso del dictador es la coincidencia de su argumento, con un artículo del diario La Jornada del 27 de marzo de este año, que cita las mismas cifras dadas a conocer en la verborrea del legislador y sobre todo el hacer propia una iniciativa referente a la solicitud al Senado de ratificar el Convenio 189 de la OIT, ya que el 22 de abril del 2018 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) subrayó la importancia de que se ratifique el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el presidente de la Conapred, Ricardo Bucio, en mayo de este año, refería que el principal reto que tiene México en el reconocimiento de los derechos de las y los empleados domésticos es la ratificación del convenio 189 de la OIT.

3. Ahora sí. Resulta que la intención de terminar con las canonjías de esa especie que son los notarios, existe la intención gubernamental de que en la nueva Ley del Notariado de Coahuila desaparecerá la dispensa que podía hacer el gobernador en turno para facilitar la llegada de alguien para convertirse en notario.

Fuera de lo absurdo de la iniciativa, la esperanza es que esa nueva Ley acabará con la cofradía de los notables, que en esquemas obsoletos para el siglo 21 otorga fiats a familias enteras de aquí a la eternidad y dispensa de exámenes y experiencia. Sin embargo, enterarnos que quien confecciona esta iniciativa es la “doctora disel” Carmen Galván Tello, beneficiaria de una notaría de las de “cuates”, es decir, sin examen ni experiencia ni pagos, poco abona a la buena fe y eficiencia de la intención del gobernador de meter en cintura al gremio, ni que fueran tan útiles, ¿o sí? Disculpen ya me acordé, sin son muy útiles a la hora de las escrituras apócrifas, si no pregúntenle a los beneficiarios de la compra venta de los terrenos en donde se desarrollará la ciudad Derramadero, políticos del pasado de cuyos nombres prefiero no acordarme (pero sí nos los sabemos).