Tras dar a conocer el caso del falso pastor “Carlos”, quien violentó sexualmente a cuatro mujeres al oriente de la ciudad, el vocero de la Alianza Ministerial Evangélica de Saltillo, Eduardo Pacheco, aseguró que colaborarán con los requerimientos de la autoridad para abonar al tema; dio a conocer que el pastor que le daba alojamiento al acusado en su hogar, también fue víctima de engaño.

Fue el pasado 20 de abril cuando las mujeres acudieron a la autoridad para denunciar la violencia sexual de la que fueron víctimas a manos de un pastor, al oriente de la ciudad, quien les había prometido “sanación” para un miembro de su familia que tenía severos padecimientos en su salud.

Sin embargo, de acuerdo con la denuncia, la decisión de comunicarle el caso a la autoridad no fue tomada hasta después de que las mujeres sufrieron la omisión del pastor Daniel Monreal, de la iglesia El Buen Samaritano, quien les había presentado a Carlos, con quien compartía su casa, como un nuevo pastor de la iglesia.

En ese sentido, Eduardo Pacheco, vocero de la Alianza Ministerial Evangélica, informó que desde que se dio a conocer la noticia, le fue solicitado a Daniel Monreal una versión sobre el caso para esclarecer los hechos.

“Daniel supo hasta que ya había una denuncia que existía esa problemática. Le llamaron para decirle que se presentara en la colonia, y cuando llega, las víctimas ya habían ido con unidades policiacas a preguntar por Carlos en la colonia Roma”, detalló. 

En ese sentido, agregó que el pastor Daniel Monreal ya colaboró con la autoridad para desarrollar el caso, y manifestó que el alojamiento que le había dado, se debió a que Carlos, de origen salvadoreño, no tenía dónde dormir.

“Daniel Monreal se ha dedicado en los últimos años a alojar a personas que no tienen un techo”, aseguró.

En ese sentido, agregó que desde la Iglesia Cristiana ya se ha manifestado a la familia que contarían con el apoyo espiritual y legal que necesiten para llegar a la justicia del caso, y sobre los hechos, manifestó que hasta hoy en día no existe poder humano de “sanación”, como en el caso del engaño que el falso pastor prometió a las mujeres que denunciaron el hecho delictivo.