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Dispersas, políticas interior y exterior
CDMX.- La mejor política exterior es la interior, es lo que consideró el presidente Andrés Manuel López Obrador, al marcar desde el 1 de diciembre de 2018 un apego a los preceptos juaristas de respeto entre los países, el principio de la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, establecidos en el artículo 89 fracción 10 de la Constitución. Sin embargo, ambas no han podido ir de la mano, porque una sobrepasó a la otra.
La posición de México frente a la crisis en Venezuela dio un giro. Dejó de participar en el Grupo de Lima, el cual ha centrado su discurso en la necesidad de que haya nuevas elecciones en aquella nación, y no reconoció a Juan Guaidó como presidente interino.
Con los estallidos sociales en Ecuador, Chile, Nicaragua, Colombia, las autoridades mexicanas se han limitado a difundir su preocupación. Mientras, se dio asilo a Evo Morales.
La relación con Estados Unidos es compleja y se ha reducido el margen de maniobra para negociar. En mayo de 2018, cuando López Obrador era candidato presidencial aseguró que de llegar al poder respondería todas y cada una de las ofensas que el presidente Donald Trump hiciera contra México. No obstante, ya en el cargo afirmó que no busca la confrontación.