La crisis económica que ha impactado a las familias saltillenses también ha llegado a la Iglesia, pues en los últimos 2 meses ha habido una reducción de las ofrendas hasta en un 40 por ciento en el templo San Esteban, de acuerdo con el párroco Mario Carrillo Palacios. 

Dicha reducción inició a partir de agosto pasado, pues incluso algunas imágenes sacras como las de San Esteban, que anteriormente eran iluminadas por decenas de veladoras a cambio de que les concedieran algún favor o gratitud, ahora se encuentran sombrías. 

“Normalmente la Iglesia es un termómetro de la economía. Las limosnas se han reducido bastante y hay 4 personas que dan (billetes) de 200; hay 50 ó 60 feligreses que dan de 50 ó 100 pesos. Yo noto cuando faltan billetes de 200 y hay muchas monedas”, dice el párroco. 

A comparación de otros municipios coahuilenses como Torreón, Monclova, Múzquiz y Piedras Negras, donde los feligreses son mucho más generosos con las limosnas, el párroco ha comprobado que en Saltillo los feligreses se han acostumbrado a dar sólo morralla en las ofrendas. 

“No les recrimino, pero sí es costumbre, pues actualmente sólo acuden a misa y dan lo que traen. Sí hace falta un hábito de las personas que van a la Iglesia para que realicen donativos un poco mayores, aunque sea un billete de 20 pesos”, dijo. 

El sacerdote aseguró que las fuentes de economía de las parroquias son las colectas de las misas y los estipendios por ceremonias. De ahí se hacen algunos pagos de servicios como el agua, la luz, teléfono, gas, pago por el servicio de los empleados, de los sacerdotes y el contador.