Para el 2017 la Federación disminuyó el presupuesto de infraestructura a 235 mil millones de pesos dejando a los gobiernos estatales y municipales imposibilitados para desarrollar obra pública en sus localidades y atender las necesidades prioritarias de la población. 
 
Así lo afirmó, Francisco Javier Gallo Palmer, Presidente del Comité Ejecutivo Nacional de la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción (AMIC), quien explicó que el Gobierno Federal ahora pretende dejar contratados 250 mil millones de pesos a largo plazo, lo que representará que el próximo sexenio 2018- 2024 no tenga suficiencia presupuestaria para edificar obra, pues éste se entregará a 15 empresas entre nacionales y extranjeras.
 
Detalló que dicha decisión es un crédito que las grandes empresas otorgarán a México y  que se pagará en los próximos 15 a 20 años, lo que provocará que los empresarios Mipymes se queden sin trabajo durante ese tiempo, además de que maniata a las siguientes administraciones para realizar obras grandes y pequeñas.
 
“No podemos destinar el presupuesto del próximo sexenio a 180 magnas obras que más bien parece un pago a las 15 más grandes constructoras por los apoyos y moches en este sexenio. Estamos hablando de que ningún nuevo gobierno podrá planear obra pública ni pensar en tener dinero para arreglar alguna necesidad eventual en materia de infraestructura”.
 
Dijo estar seguro que de esos 250 mil millones de pesos que representarán los 180 proyectos contratados a través de Asociaciones Público-Privadas significa que planean establecer una utilidad a futuro para los funcionarios y no para la sociedad, por ello, reiteró su defensa hacia los pequeños y medianos empresarios que desde lo local pueden desarrollar obras que sean de impacto social y que aporten grandes beneficios a sus comunidades. 
 
Ejemplo de ello son las obras que se requieren en distintos municipios como clínicas de salud, drenaje, alcantarillado, agua potable, pavimentaciones, alumbrado público, escuelas, entre otras. 
 
“En todo el territorio nacional urgen obras desde lo local, ¿para qué queremos grandes carreteras cuando los niños están enfermos por tomar agua contaminada y no contar en sus comunidades con un buen sistema de agua potable? ¿Para qué queremos trenes de pasajeros cuando no tenemos suficientes hospitales?”.
 
Francisco Gallo mencionó que los recursos destinados a grandes empresas para desarrollar obras, debe aplicarse a trabajos que se vean reflejados en comunidades y que conllevan a una verdadera mejora en la calidad de vida de la sociedad, ya que son más de dos mil 400 municipios los que están urgidos de infraestructura básica.