Disculpa pública: primer paso
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Disculpa pública: primer paso
El martes 19 de marzo se cumplieron 9 años del aniversario luctuoso de Jorge y Javier, dos estudiantes de excelencia del Tecnológico Monterrey, Campus Monterrey, que estaban en el lugar correcto a la hora correcta, en la biblioteca estudiando; pero se afirmó en un principio que se trataban de miembros del crimen organizado que estaban haciendo algo mal. Siendo el TEC una de las universidades privadas con mayor renombre, el hecho conmocionó a todo el País y a la sociedad regiomontana.
El martes, en el marco de la conmemoración de la tragedia, el Estado Mexicano, en voz de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, pidió una disculpa pública por las violaciones a los derechos humanos cometidas esa noche y por ocultar la identidad de estos jóvenes y señalarlos como sicarios, cuando en verdad eran estudiantes de excelencia.
Si bien es cierto, requiere de mucha voluntad política y coraje de los tomadores de decisión para hacer este tipo de actos; es importante mencionar que no se debe tomar ya como caso cerrado. Aún quedan tres elementos prófugos del Ejército por este delito y el deslindar las responsabilidades penales de los autores de esta tragedia.
Ahora bien, hay dos temas para analizar en el marco de esta disculpa pública: la presencia en las calles del ejército y el papel de la sociedad civil en estos procesos de reconciliación social.
El dictamen aprobado hace pocas semanas sobre la Guardia Nacional, con mando civil pero operación militar, deja al Ejército en las calles por los próximos cinco años, todavía sin lineamientos claros de operación con respeto a los derechos humanos. La historia de Jorge y Javier no es la única que ha dejado la “guerra contra el narcotráfico”, desgraciadamente fue de las más visibles mediáticamente al tratarse de una de las principales universidades privadas. Y aún siguen sin existir los contrapesos suficientes ni las herramientas necesarias para que estas historias no vuelvan a pasar.
Por otro lado, este suceso marcó un antes y después en la historia de la sociedad civil en Monterrey y, sin duda, en el alumnado del Tecnológico de Monterrey. Fue un momento de inflexión donde comenzaron a surgir diferentes colectivos y organizaciones estudiantiles para dar voz a Jorge y Javier. Sin la sociedad civil organizada, sin su voz potente y constante durante los últimos nueve años, la que permitió dar eco en organizaciones internacionales como Amnistía Internacional y hacer visible la injusticia a través del documental: “Hasta los dientes” es lo que hizo que el Gobierno Federal tomara una postura e hiciera esta disculpa pública.
En resumen, si no queremos más historias como la de Jorge y Javier necesitamos seguir apoyando, compartiendo y visibilizando el trabajo de los colectivos y las organizaciones de la sociedad civil, que permita exigir los contrapesos necesarios para que podamos resolver como País nuestro problema de seguridad pública. Sólo con la participación activa, constante y crítica de la ciudadanía, podremos lograrlo: haciendo nuestra chamba de #CiudadanosdeTiempoCompleto.
@garciacecy_