La reseña: Dios no escribe novelas
Usted está aquí
La reseña: Dios no escribe novelas
Por: NAZUL ARAMAYO
Después de El túnel y Sobre héroes y tumbas, Ernesto Sabato (Argentina, 1911–2011) cerró su trilogía narrativa con Abaddón el exterminador (publicada en 1974), una obra en la que el autor participa con los personajes de sus anteriores ficciones y que ahonda en el sentido de la escritura en un mundo condenado al desastre.
La lectura de las dos novelas anteriores es indispensable.
Abaddón es una pieza de largo aliento y fragmentaria en la que varios personajes platican de literatura, la guerrilla, la dictadura, la Revolución, el avance científico y la orfandad de la existencia humana en un escenario reinado por potencias malignas. Es un texto con muchas disertaciones sobre la existencia y el arte, en el que quizás no hay un hilo, o tal vez todo sucede en este momento de crisis en el que el arte es la única posibilidad para que el hombre se salve.
Sus reflexiones sobre la novela son maravillosas: vincula a la creación literaria con el mito y los sueños. Pese a que el autor argentino fue un científico de primer nivel, abandonó la ciencia y volcó sus obsesiones en las letras, en esa dimensión irracional contra la civilización tecnificada.
Es un texto duro, crudo, pesimista, pero con una búsqueda esperanzadora y salvaje.
Abaddón el exterminador
Ernesto Sabato
Booket, 2003