Dinamita Trump la relación de EU con México

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Dinamita Trump la relación de EU con México

El presidente estadounidense, Donald J. Trump (c), enseña la firma de la orden ejecutiva para destinar fondos federales a la construcción del muro con México durante una ceremonia en el Departamento de Seguridad Nacional en Washington. Foto: EFE
Trump ha puesto a México contra las cuerdas. Poco importa que la inmigración ilegal mexicana esté reduciéndose desde el pico que alcanzó en 2007, según ha mostrado entre otros el Pew Research Center.
Si el presidente Peña actúa con rectitud, con integridad, defendiendo al pueblo, defendiendo a nuestra nación, va a contar con nuestro apoyo"...
Andrés Manuel López Obrador, presidente de Morena

Donald Trump dinamitó hoy la política de buena vecindad con México mantenida por Estados Unidos en las últimas décadas y declaró la guerra al país del sur en la esfera diplomática.

El choque iba a producirse antes o después, porque tras haber hecho de la construcción del muro fronterizo la propuesta estelar de su campaña electoral, nadie dudaba de que una vez en la Casa Blanca, Trump tendría que actuar.

Pero el momento elegido por el nuevo mandatario de la primera potencia mundial para firmar una orden ejecutiva sobre el muro no podía ser más humillante para México: cuando falta menos de una semana para su primera reunión como presidente con Enrique Peña Nieto y cuando están en Washington dos de los ministros más importantes del mandatario mexicano, el de Relaciones de Exteriores y el Economía.

La construcción comenzará "en meses", manifestó. "Obtendremos el reembolso de alguna forma por parte de México", insistió.

Trump comenzó llamando narcotraficantes y violadores a los mexicanos indocumentados y siguió durante meses de campaña electoral construyendo sobre México un enemigo externo. Instalado ya en la Avenida Pensilvania de Washington, Trump ha comenzado a disparar.

Ya ha logrado abortar los planes de expansión en México de grandes empresas estadounidenses como General Motors y Ford y ha obligado al país del sur a aceptar renegociar el Nafta -para esclarecer tiempos y procedimientos al respecto se desplazaron a Washington los ministros Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo-.

Trump ha puesto a México contra las cuerdas. Poco importa que la inmigración ilegal mexicana esté reduciéndose desde el pico que alcanzó en 2007, según ha mostrado entre otros el Pew Research Center.

En México, donde Trump ha obrado el milagro de poner de acuerdo a todas las fuerzas políticas en su contra y a favor del Gobierno en sus esfuerzos por frenarlo, su decisión de hacer coincidir el anuncio sobre el muro con la primera visita de una delegación mexicana causó un sismo.

Donald Trump aseguró hoy que la relación con México "va a ser mucho mejor" una vez construido el muro fronterizo, y señaló que va a tener una estrecha coordinación" con el vecino del sur. Foto: EFE

Para México el cambio de la relación con Estados Unidos tiene enormes implicaciones. Su economía depende muchísimo de Estados Unidos, al que manda el 80 por ciento de sus exportaciones, y no está en condiciones de romper lanzas con Washington.

Pero después de los anuncios muchas voces empezaron a pedir al presidente Enrique Peña Nieto suspender el encuentro que tiene previsto para el martes con Trump.

"Se le estará recibiendo con un portazo en la nariz", dijo el líder histórico de la izquierda mexicana, Cuauhtémoc Cárdenas. "Me parece que lo menos que podría hacerse en estas condiciones sería no acudir, cancelar la visita a los Estados Unidos y buscar una posición digna para México".

Peña Nieto canceló abruptamente la noche del martes su viaje a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Después, el Gobierno se sumergió en un profundo silencio ante la inminencia del anuncio de Trump.

El presidente mexicano tiene una popularidad muy baja, pero frente a Trump recibió el apoyo hasta de uno de sus críticos más acérrimos, el político nacionalista de centro-izquierda Andrés Manuel López Obrador, fuerte aspirante a la Presidencia para 2018.

"Ya basta de amenazas y de incertidumbre", dijo López Obrador. "Si el presidente Peña actúa con rectitud, con integridad, defendiendo al pueblo, defendiendo a nuestra nación, va a contar con nuestro apoyo".

México, un país con un marcado nacionalismo, tiene motivos para sentir como una afrenta las amenazas y desplantes de Trump.

En agosto, después de una muy polémica visita a México con la que Peña Nieto quiso tender puentes cuando todavía era candidato, Trump voló a Phoenix y anunció en un acto que no sólo construiría el muro, sino que se lo haría pagar a México.

La historia se repitió ahora con la visita que hacen a Washington los ministros del Exterior Luis Videgaray y de Economía Ildefonso Guajardo a Washington.

Las relaciones bilaterales entran ahora en un terreno incierto, después de más de dos décadas de regirse con normas previsibles en materia económica y con una cooperación -a veces con altibajos, pero constante- en materia de seguridad y migración. México y Estados Unidos entran en una impredecible era de vecindad distante.

En una perspectiva más general, la declaración de guerra a México inaugura la era Trump en política internacional, donde promete hacer saltar por los aires consensos mantenidos durante décadas.

Sus movimientos previos a su entrada en la Casa Blanca anticipan un pulso con China, un acercamiento a la Rusia de Vladimir Putin, problemas en la OTAN, un enfrentamiento dialéctico con Europa y un cambio en el papel de su país en Medio Oriente.