Luego de ser vencido don Quijote por el Caballero de la Blanca Luna, por lo cual se verá obligado a cumplir su promesa de retirarse durante un año del ejercicio de las armas y piensa dedicarse al pastoreo de ovejas, él y Sancho Panza van de regreso a su aldea conversando, cuando una vez más reprueba a su escudero la costumbre que tiene de citar tantos refranes. Pero al punto éste recuerda que también su amo los dice y entonces le comenta:

“-Paréceme –respondió Sancho- que vuesa merced es como los que dicen ‘DIJO LA SARTÉN A LA CALDERA: QUÍTATE ALLÁ, OJINEGRA’; estame reprehendiendo que no diga yo refranes, y ensártalos vuesa merced de dos en dos”.

Este refrán, que en  México reza: “El comal le dijo a la olla”, lo aplica una persona a otra para criticarle exactamente lo mismo que él también hace.

Cervantes suavizó el tono de este refrán, pues originalmente decía: “Dijo la sartén a la caldera: quítate allá culnegra”. Tuvo su origen, según explicó Fernando Arceo en 1533, a que la caldera “creída haberse limpiado de arriba abajo, presentó el culo lleno de tizne a la sartén”.

LOS REFRANES DEL QUIJOTE
JUAN ANTONIO GARCÍA VILLA

El Quijote II, 67
@jagarciavilla