Este viernes santo  -hoy -  es un día muy importante para la Iglesia Católica. Siendo el día central de la Semana Santa será una muy buena oportunidad para medir si es que lo hay, el efecto Francisco, el efecto Papa Francisco, después de su reciente visita al país, con una amplísima difusión en los medios electrónicos, y en general en todos. Vamos a ver si se puede gestar un proceso de recuperación de la asistencia a los templos católicos, que han caído en una especie de tobogán en los últimos quince o veinte años, pero de manera más pronunciada en los últimos cinco o siete. 

Nadie lo puede negar. Cada vez es más baja la cantidad de personas que asisten a las misas, incluyendo las de los días de mayor importancia para los católicos, como serían precisamente los de la semana mayor, y otros muy significativos. 

Lo más evidente es que cada vez la feligresía que se hace presente en las iglesias es de un promedio muy avanzado de edad. Los jóvenes se han alejado mucho de las prácticas religiosas, en el lado de los católicos, no obstante que hay una cantidad importante de colegios en nuestra ciudad que en paralelo a la educación les imparten una cierta preparación espiritual que aparentemente no se refleja al exterior. Ya que como ahora se acostumbra que entre semana tengan algún servicio religioso en las capillas anexas a esas escuelas, los alumnos ya no se toman la molestia de asistir a otra misa, en otra iglesia durante el fin de semana.

Llama la atención que durante esta semana la diócesis de Saltillo este promoviendo ante las autoridades civiles la apertura de una nueva iglesia, lo cual ahora tiene un trámite muy específico, al mismo tiempo que baja tanto la presencia de personas en las celebraciones eucarísticas. 

Aquí también es importante hablar del auge de las comunidades cristianas, que con sus rituales tan modernos, por llamarlos de alguna manera, siguen ganando terreno en nuestro país, y en muy buena parte de la América católica.

En Saltillo ha surgido una especie de segmentación de las comunidades cristianas, que definen a sus asistentes en base a ciertas características que van mucho más allá de la ubicación, como correspondía antes a las iglesias católicas que captaban y agrupaban a sus fieles de manera primordialmente territorial. Los cristianos tienen otras maneras de auto clasificarse, y en base a ello definen los templos a donde han de asistir, influyendo en gran parte los pastores, y el tipo o tono de rito que practican.

De lado de los católicos el sacerdote también puede ser atrayente en mayor o menor medida, pero sobre todo, el tipo de concurrencia a cada templo hace que las personas terminen por definir a donde irán a escuchar misa. Si el efecto Francisco será importante para ver que dinámica, en su caso de recuperación, se genera en estos meses en repercusión a la visita pastoral del Sumo Pontífice, también habría que ver el efecto Raúl Vera – el efecto Obispo Vera – dado su muy personal, personalísima manera de ejercer su papel de autoridad eclesiástica del catolicismo de esta región.

Algún día habrá que hacer un análisis exhaustivo, entre los propios feligreses, para tener una idea de que es lo que ha pasado con los católicos saltillenses en la era Vera, ya que es innegable que nuestra ciudad era de una gran presencia y movilidad en esta religión en específico, y en los últimos años, sin prejuzgar a nadie, el descenso de asistencias ha sido más que notorio en las parroquias de Saltillo, y seguramente toda la entidad y el mismo país.

Pero de que se impone, en el caso de Saltillo realizar una investigación seria y profunda se impone. Más que nada por los antecedentes inmediatos de fervor católico. ¿Qué tan cercano o interrelacionado está el proceso de descomposición social, la disminución en la práctica religiosa, y por ejemplo, el uso de las redes sociales?

Son preguntas que podrían acercarnos a desentrañar muchos de los efectos del individualismo materialista y consumista de hoy, que en su fuerza han venido a sacudir a una Iglesia  - la católica, apostólica y romana – que para muchos no se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos, aparte de no haber sabido procesar el daño que la han originado conductas deplorables de algunos de sus sacerdotes y jerarcas.

Sin embargo, hoy viernes Santo, no podemos dejar pasar por alto la reflexión a uno de los sucesos que han marcado a la humanidad en un poco más de dos mil años, como lo es sin duda la Pasión y Muerte de Jesucristo.