A casi siete meses del cierre de actividades presenciales para el sector de la Danza en todo el país, el gremio sigue trabajando en la búsqueda de soluciones que aminoren el fuerte impacto económico de quienes viven de la Danza y sus familias.

El estado de Chiapas no fue la excepción, incluso desde antes de la pandemia, era difícil vivir del arte, la mayoría de los agentes de la danza, requieren complementar su actividad dancística con otra actividad formal que permita sostener económicamente a su familia. En estos últimos meses, muchos centros de danza perdieron sus locales de ensayo al no poder pagar la renta, reaperturando en espacios que no son dignos ni suficientes, otras academias de larga trayectoria cerraron sus puertas, dejando a sus maestros sin empleo, quienes debieron buscar otras oportunidades laborales principalmente como meseros en bares y restaurantes.

Desde el Consejo Nacional de Danza, el trabajo en Chiapas ha sido un claro ejemplo de lo que puede lograrse al organizarse en comunidad y establecer puentes de comunicación y trabajo conjunto con las instituciones.

El éxito del programa de reactivación económica ha estribado en consolidar un equipo colaborativo de agentes de la Danza: Ángel Lara, Rita del Carmen Sifuentes, Itzul Reynosa, Karina Bautista, Lupita Bautista, Mauricio García, Yulma Serrano y Ashanty Ferreira como enlace estatal; quienes de manera voluntaria se reúnen de forma periódica para planear, distribuir tareas, ejecutar y evalurar las acciones  en torno a la reactivación.

Otro factor importante ha sido la disposición y apertura de la Lic. Cecilia Flores, directora del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes. Chiapas fue el primer estado de la república en responder por escirto a las demandas (firmadas por ya casi cerca de 4500 agentes de la Danza en el país), abriendo el espacio para el diálogo, nombrando a Jorge Vallejo como enlace de comunicación directa con el equipo de trabajo.

Partiendo de estos trabajos conjuntos, a raíz de las demandas, CONECULTA emitió la convocatoria “El arte ayuda” que ha beneficiado a 70 proyectos de danza con $12,000 para proyectos individuales y $20,000 para proyectos grupales. Además del proyecto de reactivación escénica con el 80% de taquilla para los artistas.

Otro de los contactos que se han establecido, con la Lic. Norma Leticia Arellano, directora de la Casa de la Cultura en Tapachula, la Lic. Cynthia González, directora de Cultura del Municipio de Tapachula,  y la mtra. Yulma Serrano, directora de la Casa de la Cultura “Casa Corazón”, llegando a acuerdos de apoyo desde el Ayuntamiento y sus respectivas instancias.

Una tercer vertiente explorada es la del ámbito académico, entablando comunicación con las tres universidades que ofrecen la Licenciatura en Danza en Chiapas: La Universidad Autónoma de Chiapas, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas y el Centro Universitario para la Formación Artística, que implementará una línea de investigación en la maestría generando un análisis del movimiento desde la antropología, actualmente la mtra. Rita González Sifuentes trabaja en el análisis del proyecto y participarán como ponentes en el 2º Congreso Nacional de Danza.

Una de las principales acciones que se encuentran en marcha, es la convocatoria a las academias que permanecen activas a crear videos de invitación a la comunidad para integrarse a ellas, el programa de espacios solidarios para ensayos entre las mismas academias que apoyan a quienes perdieron los propios. La creación del censo de agentes de danza en el estado, en colaboración con CONECULTA y el CND, buscando  llegar a todo el territorio geográfico incluyendo a las comunidades que no cuentan con internet y la unificación de las disciplinas sin menospreciar a los no academizados o empíricos. Como acciones a implementar, se espera concretar presentaciones locales al interior del estado, para luego poder enlazar con otros estados a través del CND.

Finalmente, el elemento fundamental para el éxito de estas acciónes, en palabras de Ashanty Ferreira: el trabajo se ha realizado “por amor al arte y a nuestras raíces” Ashanty invita a la comunidad a perseguir sus sueños, a no dejar de bailar, regresar si ya lo han hecho, o acercarse si aún no la conocen, y encontrar en la danza un arte noble que cuida al cuerpo, al alma y al espíritu. “La danza es algo de lo que se puede vivir, si uno realmente quiere vivir de ello, si lo hacemos de corazón, si perseguimos un sueño a través de la danza”.