Día mundial de la educación ambiental

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Día mundial de la educación ambiental

La educación, luego de la autosuficiencia alimentaria, es el instrumento que dimensiona la libertad de una sociedad, y para promover una educación para el desarrollo sustentable

Recuerdo haber asistido en la ciudad de Aguascalientes al foro “Diez años para cambiar al mundo” que se organizó a principios de 2005 coincidiendo con el inicio de la Década de la Educación para el Desarrollo Sustentable que promovió Naciones Unidas. De 2005 a 2015 se fue señalando por año un objetivo y tema distinto.

La historia de nuestros pueblos y ciudades debe ser observada desde la perspectiva de nuevas miradas, no sólo las que corresponden a la historiografía ortodoxa; la de la fecha, espacio, los nombres de quienes la escriben y sobre quienes se escribe: sino la perspectiva que tiene lugar desde la mirada de la sustentabilidad analizando rasgos del pasado que pocas veces se consideran, y  reorientando la historia del futuro, con la visión de educar a la humanidad para que sea parte de una biosfera en equilibrio y no como su principal depredadora. Necesitamos dejar atrás el antropocentrismo y alcanzar el ecocentrismo.

A partir del primer día del año de 2005 inició la Década de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sustentable, marco de referencia teórica y de acción que se propone como uno de los resultados que suman preocupaciones debates y acuerdos desde la Cumbre de Río de Janeiro en 1992, hasta la Cumbre Mundial de Johannesburgo realizada diez años después.

¿Cuál fue el objeto de la Década? ¿Para qué se convocó hace 15 años? Tal vez para que la comunidad global –de la que todos formamos parte-, transite hacia un nuevo humanismo, aquél que pueda permitir la interacción armónica entre las especies animales y vegetales que componen los diferentes ecosistemas de la biosfera, y para que el hombre, -el más reciente de sus habitantes- esté en condiciones de escribir con óptica sustentable, la historia del planeta Tierra.

La educación, luego de la autosuficiencia alimentaria, es el instrumento que dimensiona realmente la libertad de una sociedad, y para promover una educación para el desarrollo sustentable, debemos hacer propio el contenido de este término de apenas cinco palabras, no en la esfera de la noción, o en el perímetro de la moda, sino como un valor social.

Fue una década que la ONU propuso para que los integrantes de los pueblos del mundo reflexionemos en torno a la educación ambiental como gran tema generador de nuevos patrones de consumo, producción y distribución sustentable; para construir plataformas transdisciplinarias en las que todas las voces se pudieran conjugar y se hacerse escuchar para construir un cambio cultural.

Grandes educadores ambientales mexicanos como el pedagogo Edgar González Gaudiano, Shafía Súccar, Mateo Castillo, Salvador Morelos, la nuevoleonesa Gloria Peza y el jalisciense avecindado en Tabasco, Eduardo López-Hernández.

¿Hubo resultados de todo el esfuerzo global y nacional que se realizó en la Década de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sustentable? Aunque no se obtuvieron los resultados esperados, en esos diez años se crearon en paralelo centros holísticos en comunidades indígenas y mestizas. El de Olcuatitán, Nacajuca, Tabasco, sigue manteniendo un trabajo incesante. En el marco del Día Mundial de la Educación Ambiental (26 de enero) fue presentado en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco el libro de mi autoría “Paisajes de la Sustentabilidad”, por la insigne promotora cultural Norma Cárdenas y por la joven doctora Ana Rosa Rodríguez. Acudió un numeroso grupo de personas entre docentes, estudiantes de posgrado y empresarios.

Felicito a los biólogos y a los educadores ambientales y los animo a trabajar con entusiasmo porque su conocimiento es muy necesario para lograr los indicadores que se plantean en la Agenda 2030 y que están vinculados a la sobrevivencia de la humanidad.

Esmirna Barrera