Les platico: a menos de que algo extraordinario suceda, esta portentosa fusión de tecnología y arte no se exhibirá en México durante lo que resta del 2021.

Platiqué con algunos de los organizadores de este espectáculo en Nueva York y en Austin, Tx. y en el calendario de fechas 2021-2022 no aparece ciudad mexicana alguna.

El protocolo que siguen los dueños de “Beyond Van Gogh” es que los primeros contactos se realizan con las autoridades de cultura de los países a donde se desea presentar.

De ahí, se abren las cartas para que promotores especializados, experimentados y bien acreditados monten el espectáculo en cada ciudad, siguiendo al pie de la letra las rigurosas especificaciones de su creador, el franco-canadiense Mathieu St-Arnaud, considerado como uno de los mejores diseñadores audiovisuales del mundo, quien estuvo a cargo de los shows del Cirque Du Soleil.

En México, en la Secretaría de Cultural -que dirige Alejandra Fraustro- no les dijeron ni que sí ni que no y como el espectáculo está prácticamente “sold out” en todo el mundo, pues nuestro País se ha quedado sin meterse a los cuadros de Van Gogh.

Sabrá el Dios de Spinoza por qué, pero los draconianos recortes presupuestales aplicados por la 4T han reducido a casi cero las manifestaciones culturales en todo México.

El lloradero por la falta de recursos federales para la promoción de la cultura es nacional y se manifiesta en absurdos como este, donde el gobierno federal no tiene qué poner ni un centavo, porque el espectáculo “Beyond Van Gogh” es un negocio y como tal es manejado en todo el mundo por inversionistas privados.

En NYC lo vimos en uno de los embarcaderos del East River y en Austin en las instalaciones del Circuit of the Americas, sede del Gran Premio de los EU de Fórmula 1, que se correrá del 22 al 24 del próximo octubre.

Podría platicarles miles de palabras sobre la experiencia inmersiva que vivimos en este espectáculo, pero prefiero compartirles las fotos y videos que tomamos durante las casi dos horas del recorrido por paredes, pisos y techos de los recintos que albergaron a este prodigio de la tecnología, al servicio del arte.

Que lo disfruten.

CAJÓN DE SASTRE

“¡De primer mundo!”, exclama la irreverente de mi Gaby.