Héctor Daniel Ramírez, escolta de un funcionario de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila, (PGJE) fue detenido en Monterrey, Nuevo León; al existir una orden de aprehensión en su contra por el delito de tortura y abuso de autoridad.

Ramírez Ramírez fue llevado al Centro de Reinserción Varonil de Saltillo, (Cereso) y alrededor de las 15:30 horas fue presentado en la sala 2 del Centro de Justicia Penal, donde los abogados Rafael Martínez de la Rosa y Elisa Valdés, pidieron un receso porque aun no conocían de la situación.

Los que siguen prófugos son Jazmín Abigaíl García Rodríguez, David Alejandro Villarreal Chávez ambos policías y Jorge Olea Melchor, quién desempeñaba el cargo de fiscal especial para la atención de Migrantes; pues son acusados de complicidad.

El juez a cargo de la sala penal, Adrián Hernández González, otorgó la petición y será hasta las 20:30 horas cuando reinicie la audiencia inicial, de los resultados nada se sabía al cierre de esta edición.

Jorge Enríquez Lázaro abogado defensor de César Jesús Salas, la parte afectada informó que desde septiembre se abrió una carpeta de 
investigación.

RECUENTO DE UNA AGRESIÓN

El 21 de septiembre de 2015, César Jesús Salas se presentó al domicilio de su ex esposa Imelda López, en la calle Alcatraces en Parques de la Cañada, a recoger a sus hijos.

Ambos sostuvieron una discusión por la custodia de sus hijos, y la señora, en lugar de solicitar la intervención de la autoridad municipal, le llamó a su pareja sentimental (Jorge Olea Melchor), quien envió a sus escoltas para someter con golpes a César.

Los elementos de la PGJE privaron de la libertad al afectado y lo abordaron a una camioneta Dodge Durango para llevarlo a casa de Jorge Olea, ubicada en la colonia Bellavista, donde lo hincaron y dejaron que Imelda lo agrediera.

César Salas declaró que los policías Héctor Daniel Ramírez y David Alejandro lo patearon en las costillas, lo amenazaron de muerte y le sumergieron la cabeza a un tonel con agua.

SE EXTIENDEN LAS AGRESIONES

Jorge Olea Melchor también actuó de manera violenta cuenta César; dice que le puso una bolsa de hule en la cabeza, mientras que los policías lo desnudaron y le arrojaron orina.

Refiere que lo obligaron a sostener un arma de fuego y disparar, con la finalidad de que saliera positivo en las pruebas de rodizonato de sodio, para consignarlo ante el Ministerio Público Federal.

Además, uno de los escoltas abusó de él sexualmente al introducirle un arma en sus partes íntimas, luego lo llevaron a la subdelegación de la Procuraduría General de la República, donde lo pretendían hacer pasar como delincuente acusándolo de portación de arma de fuego.