Sangin.- El Ejército afgano y las tropas estadounidenses han arrestado a un jefe policial y a unos 30 agentes a su cargo por supuesta colaboración con los talibanes en la volátil provincia meridional de Helmand, en una operación en la que también murió un policía, informaron hoy a Efe fuentes oficiales.

El comandante de la Policía de Sangin, uno de los distritos más golpeados por la violencia en la región y disputado entre las tropas afganas y los insurgentes, fue arrestado el pasado viernes junto a sus agentes y trasladado al cuartel general del Cuerpo 215 Maiwand del Ejército en Helmand, dijo su portavoz, Rasoul Zazai.

"Los departamentos de investigación están actualmente averiguando sobre los policías detenidos por presuntamente ayudar a los talibanes", detalló el portavoz militar, al agregar que los arrestos se produjeron durante una operación "conjunta" con las fuerzas de Estados Unidos.

Una fuente de seguridad que pidió el anonimato aseguró que los agentes "entregaron armas y munición" a los insurgentes durante la batalla que tiene lugar en el distrito, habitual escenario de ataques talibanes.

El portavoz de las tropas estadounidenses en Afganistán, Michael Lawhorn, rehusó confirmar o desmentir la participación de sus fuerzas en la operación y apuntó que "están investigando" el asunto.

EEUU envió recientemente un contingente adicional para apoyar a las fuerzas afganas en Helmand, donde los talibanes avanzaron contundentemente en los últimos meses, hasta el punto de controlar temporalmente una zona de su capital, Lashkargah.

En los últimos días, las fuerzas afganas retiraron a sus efectivos de dos estratégicos distritos de Helmand, según el Ejército para "reposicionarlas en otras zonas clave", con lo que los insurgentes controlan cinco de las 14 demarcaciones administrativas regionales.

La presencia insurgente ha crecido en diversas áreas de Afganistán en los últimos meses, logrando incluso el pasado septiembre tomar temporalmente la ciudad nororiental de Kunduz, el mayor logro militar de la formación desde la caída de su régimen en 2001.

Estados Unidos mantiene a unos 9.800 soldados en Afganistán, de los que cerca de la mitad permanecerán más allá del final del mandato del presidente estadounidense, Barack Obama, en enero de 2017.