Destellos del Pacífico

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Destellos del Pacífico

“No aquí no pegó “Patricia”, dice el conductor de la pulmonía.          

Son vochos adaptados las pulmonías. Modifican la carrocería y les sueldan recias columnas metálicas que sostienen un techo de fuerte material plástico. No hay puertas ni ventanas. Todo es visibilidad abierta para ir contemplando la espuma de la orilla, las olas en avance y los clásicos promontorios que caracterizan esta costa dorada.  Son islotes que simulan aerolitos naufragados o cabezas petrificadas de dinosaurios  anfibios. 

Aceleran estos originales vehículos al máximo de la velocidad permitida en lo que llaman malecón, en esta arteria costera que se une a la Avenida del Camarón. Ahí las amplias banquetas tienen diseños de olas azules y peces enormes. La gente va pisando estos trazos al caminar. 

Un autobús con aire acondicionado  y asientos cómodos, Sábalo Centro, popular, hace todo el recorrido de ida vuelta y llega hasta el centro y  el mercado por diez pesos.  El mercado es una abundancia y variedad de vegetales, frutas, carnes, dulces, quesos y marinerías. Los visitantes son atraídos por las artesanías  costeñas que llevarán como recuerdo.

Hay niños en grupo por todos lados. “Nosotros somos de Saltillo y participamos en el torneo de futbol infantil. Ganamos hoy...pero todavía no el primer lugar”.  En la misa el sacerdote anuncia que habrá  una carrera para ayudar a la lucha contra el cáncer. El boleto vale ciento veinte pesos pero da derecho a recibir playera,  y medalla los triunfadores, participar en la carrera y en la kermés  en la que también podrá cualquier atleta ganarse el automóvil  que ser rifa.

Por algunas calles se pueden admirar palmeras, almendros, y arbustos florecidos. El sol se echa el clavado en el mar un poco después de las cinco de la tarde y muy pronto la ciudad se emboza con capa española. 

Los amaneceres son tempraneros y los primeros rayos solares madrugan y golpean los párpados como despertadores luminosos.

Marlín es el típico pescado que puede comerse en todas las formas de la creatividad sinaloense. Puentes colgantes y túneles en serie hicieron avanzar entre las escarpaduras de la sierra una carretera de grandes atractivos que acortó las distancias.

Loa destellos del Pacífico quedan como acuarelas imborrables y la apertura, la jovialidad, el desparpajo y la cariñosa llaneza de la gente dejan al visitante un buen sabor de corazón y de memoria.