MONTERREY, NL.- Ignacio Martínez, exseminarista originario de Coahuila y víctima de abusos sexuales por parte de curas en el Seminario de Piedras Negras, anunció que lanzará un libro donde revela detalles de los obispos y sus amantes.

El autor de “El Seminarista” participó en el Primer Foro Nacional “Derechos de la Infancia ante la Pederastia Clerical”, realizado en las instalaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad Metropolitana de Monterrey.

Martínez contó su testimonio de los abusos del padre Juan Manuel Riojas Martínez “Meño”, quien fue sentenciado por pederastia.

Adelantó que en su nuevo libro acusa a los obispos Alonso Gerardo Garza Treviño y Raúl Vera López, éste último, dijo, se ha disfrazado como un defensor de derechos humanos, pero al igual que Garza Treviño encubren a una red de sacerdotes pederastas.

Mencionó que ya está en pláticas con una editora y también en el libro ventilara todo lo que la Fiscalía ha hecho para proteger al obispo Raúl Vera.

El exseminarista manifestó que su caso de abuso lo ha puesto en riesgo ya que incluso ha recibido amenazas de muerte.

“La semana pasada mandaron a dos prostitutas a matarme al hotel. Se documentó, se agarró a una prostituta ya nos dijo que le están pagando y son cosas que yo quisiera ventilarlas”, confesó.
Manifestó que su caso es más federal que del estado porque las autoridades de Coahuila están coludidas con los obispos.

ENCUBREN CASOS

En el foro las víctimas de los curas revelaron sus dramáticos testimonios y cómo se atrevieron a romper el silencio.

En medio de sollozos, Jorge Flores Silva recordó su remota infancia y como a la edad de 14 años sufrió de abusos sexuales, presuntamente, por parte de Francisco Serrano Limón, un religioso lasallista y hermano de Jorge Serrano Limón, conocido activista de ProVida.

“Lo que más me ha dolido de la Iglesia es la maquinaria que tiene de estar encubriendo. Porque sí, ha permitido; se ha convertido en un nido de abusadores, de lobos”, afirmó.

DENUNCIA ANTE EL PAPA, ÉL LE MANDA BENDICIONES

Jesús Romero Colín fue monaguillo y víctima de un sacerdote.

En 2013, hizo saber su caso al Papa Francisco, sin embargo no recibió ninguna respuesta favorable.
En un escueto escrito el Papa sólo le pidió perdón en nombre de la Iglesia y le expresó que en su cara veía el rostro de Cristo ultrajado además de que le mandó bendiciones.

“Lo que esperaba es que girara una orden a Norberto Rivera para que entregara todos los expedientes de mi caso y pudiéramos meter a este sacerdote a la cárcel”, lamentó.