El regreso a clases traerá una nueva realidad financiera, tanto para los padres de familia así como para las escuelas o instituciones públicas o privadas en México. De tal suerte que ahora la preocupación de los padres no estará totalmente centrada en los útiles escolares, los uniformes y el calzado. Esta nueva realidad educativa lleva a utilizar en demasía las herramientas tecnológicas, aplicaciones y dispositivos para acceder a las famosas clases en línea y eso tiene un costo.

Para algunos padres vendrán ahorros en tanto sea alguna institución pública la que provea la educación y busque  mecanismos de apoyo para sus alumnos, mientras para otros padres de educación particular la realidad puede ser muy diferente pues se generarán costos paralelos a los que comúnmente tenían en el inicio del ciclo escolar.

Las instituciones privadas enfrentan el gran retro de mantener en pie su matrícula aun y sabiendo que muchas de ellas son buscadas por la educación presencial que brindan, la infraestructura y la calidad académica, además deberán mantener sanas y estables sus finanzas con las modificaciones de ingresos que tengan que hacer en apoyo a la situación que se vive. Por el lado de la educación pública las escuelas tienen que ser muy sensibles y eficientes con sus presupuestos, no podrá haber más cuotas o pagos a los que son estrictamente establecidos por las autoridades federales.