Madrid. Desde su celda de la prisión alemana de Neumünster, donde está recluido desde el pasado 25 de marzo, el ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, lanzó un mensaje a través de las redes sociales: “No claudicaré”. El líder independentista está a la espera de que la justicia alemana resuelva la petición de deportación que emitió en su contra el Estado español, en la que se le acusa de los delitos de rebelión, malversación de fondos públicos y desobediencia por su papel en la fallida declaración unilateral de la independencia catalana de octubre pasado.

Puigdemont, quien según su abogado se encuentra “optimista” y “fuerte” para encarar el proceso judicial que le espera, emitió su primer mensaje en las redes sociales desde fue detenido en las inmediaciones de Hamburgo, después de su intento de fuga desde Helsinki a Bruselas, en la que estuvo todo el tiempo controlado por los servicios de inteligencia españoles.

En su breve mensaje, Puigdemont señaló: “Que todo el mundo lo tenga claro: no claudicaré, no renunciaré, no me retiraré ante la actuación ilegítima de quienes han perdido en las urnas ni ante la arbitrariedad de quienes están dispuestos a pagar el precio de abandonar el Estado de derecho y la justicia por la unidad de la patria”.

El ex mandatario no hizo ninguna referencia a la parálisis institucional que vive Cataluña desde hace más de tres meses, al cumplirse este sábado los cien días desde las elecciones autonómicas del pasado 21 de diciembre y sin que hasta la fecha el bloque independentista haya logrado un acuerdo de mínimos para formar gobierno, a pesar de que cuentan con una mayoría suficiente para la investidura; y de que su principal argumento durante la campaña fue precisamente la urgencia de “recuperar las instituciones” tras la intervención, todavía vigente, del gobierno español, del presidente derechista Mariano Rajoy.

Numerosos analistas ven cada vez más posible un adelanto electoral, previsiblemente en mayo -con lo que Cataluña tendría sus sextas elecciones autonómicas en ocho años-, que un acuerdo para un nuevo gobierno entre Junts per Catalunya (JxCat), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y la Candidatura de Unidad Popular (CUP).

Desde Sevilla, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, atacó al movimiento separatista por el “acoso violento” que están sufriendo en Cataluña los principales líderes de los partidos unionistas -que representan a la mitad de la población- y ante las amenazas que supuestamente están sufriendo representantes del aparato judicial español en la región.

“Acosar a quienes no comulguen con el independentismo es violencia e intentar imponer un proyecto excluyente no es democrático y también es violencia”, aseguró el ministro.