Descubra si la dieta alcalina funciona

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Descubra si la dieta alcalina funciona

Dieta alcalina. Foto: Tomada de Internet
La dieta alcalina sostiene que viviendo “sin ácidos” la salud mejora notablemente. ¿La evidencia respalda esas afirmaciones?

Quizá no lo haya notado, pero el equilibrio es un factor fundamental en la vida cotidiana. El equilibrio en las cuentas, el equilibrio entre trabajo y diversión, o simplemente el equilibrio sobre los zapatos de tacón de camino al trabajo. Pero ¿qué pasa con el equilibrio en un nivel más celular? La dieta alcalina apunta a lograrlo controlando el equilibrio ácido base en el organismo. Con la infinidad de proclamas que circulan sobre la salud, no sorprende que la dieta alcalina haya ganado una gran cantidad de seguidores.

Los promotores de la dieta alcalina consideran que vivir “libres de ácidos” mejora los niveles de energía, estimula la pérdida de peso, mejora la inmunidad y previene las enfermedades crónicas (como el cáncer y la osteoporosis). ¿Dónde está el equilibrio si estas afirmaciones tienen algo de validez?

¿Cuál es la premisa de la dieta alcalina?

La principal premisa de la dieta alcalina (conocida como alkaline-ash o dieta ácido alcalina) es que los alimentos generan un entorno ácido o alcalino en nuestro organismo. Según la descripción, los alimentos ácidos alteran el equilibrio natural del cuerpo y favorecen las enfermedades, mientras que los alimentos alcalinos mantienen el equilibrio corporal y refuerzan la inmunidad. Se considera que los diferentes alimentos producen ácidos o producen alcalinos:

Alimentos que producen ácidos (limitar la ingesta)

Incluyen carne, lácteos, huevos, granos y alcohol

Alimentos que producen alcalinidad (aumentar ingesta)

Incluyen frutas, verduras, legumbres y frutos secos

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¿Qué significan ácido y alcalino?

Ácido y alcalino son los niveles de pH (que varían de 0 a 14). Un nivel de pH por debajo de 7 indica acidez, mientras que un pH por encima de 7 indica alcalinidad. Siete es neutro.

¿Cuál es, entonces, la relación entre el pH y la salud? Esencialmente, mantener niveles adecuados de pH en todo el organismo es fundamental para seguir vivos. Diferentes partes de nuestro organismo operan en diferentes niveles de pH para funcionar correctamente. Por ejemplo, el estómago tiene un pH de 1,5 a 3,5 (ácido) para descomponer los alimentos, mientras que el pH de la sangre varía de 7,35 a 7,45 (alcalino).

¿Es posible controlar el pH?

La dieta alcalina sugiere que comer alimentos ácidos puede afectar directamente el pH de la sangre, generando estrés en el organismo para neutralizar el ácido. Al hacerlo, se piensa que provoca daño celular, desequilibrio de minerales y una serie de problemas inflamatorios (como eczema o dolores de cabeza). Parece una consecuencia seria, ¿no? Afortunadamente, también es falsa. Lo cierto es que si factores externos como los alimentos pudieran en realidad hacer que el pH de la sangre saliera de su rango, toda la raza humana se habría extinguido. El pH se mantiene involuntariamente, al igual que el pulso cardíaco. No se puede alterar fisiológicamente el pH del organismo aunque se trate de hacerlo.

Como humanos, llevamos a cabo una función milagrosa llamada homeostasis para mantener nuestros organismos en equilibrio. Por ejemplo, nuestros riñones excretan continuamente el alcalino o el ácido excesivo (a través de la orina) según lo que necesite nuestro organismo en un momento determinado. Ese proceso no es difícil en nuestros cuerpos. Nuestros órganos simplemente hacen lo que nacieron para hacer.

¿Le parece equilibrado?

Una gran desventaja de la dieta alcalina es su falta de variedad. Restringir los grandes grupos de alimentos como la carne, los lácteos y los granos no es sólo algo rutinario, sino que también nos priva de las vitaminas y minerales esenciales, como las vitaminas B y el hierro.

Al mismo tiempo, la dieta alcalina tiene una ventaja clara: se centra en aumentar la ingesta de verduras. Esta sugerencia es una opción sabia para el 87 por ciento de los estadounidenses que no alcanzan la ingesta recomendada de verduras diarias. Otros alimentos llamados “alcalinos” son las frutas, las legumbres y los frutos secos, todos los cuales escasean en la dieta de los estadounidenses.

Si usted tiene pensado hacer una dieta alcalina, el mayor problema es que el método de acción que propone carece de fundamento. Si valora su tiempo, sería prudente no tratar de implementar un control voluntario sobre un proceso involuntario. Un buen ejemplo: el pH inicial de su alimento es irrelevante. Concéntrese más bien en controlar el equilibrio de lo que incorpora a su organismo consumiendo una variedad de alimentos ricos en nutrientes, y deje que su cuerpo practique luego su magia.