De acuerdo con cifras de la Comisión de Derechos Humanos del Estado, el número de recomendaciones emitidas por esa instancia disminuyeron durante los primeros cinco meses de este año -en comparación con las registradas el año anterior- lo cual podría darnos la idea de que la situación ha mejorado.

Sin embargo, la estadística por sí sola no necesariamente refleja el estado de los Derechos Humanos, porque el número de recomendaciones emitidas no es un indicador integral de la realidad.

Que durante 2019 el número de recomendaciones emitidas fuera de 62, y que en 2020 hubiera disminuido a 50, mientras que durante los primeros cinco meses de 2021 solamente se emitieran 14, pudiera darnos la impresión de que el respeto a los derechos de la ciudadanía ha mejorado.

Sin embargo, es necesario tener en cuenta otros parámetros para llegar a la afirmación anterior. Entre ellos, el grado de “apropiación” que la ciudadanía tiene de sus propios derechos, lo cual debería traducirse en una más vigorosa defensa de los mismos.

En este sentido, es necesario tener en cuenta que la CDHEC tiene entre sus responsabilidades el desarrollo de un programa para “culturizar” a la ciudadanía respecto de sus derechos y de los mecanismos que tienen a su disposición para reclamarlos y exigir su respeto.

Por ello, el indicador relativo al número de recomendaciones -que en los últimos dos años va a la baja- no puede considerarse por sí solo un parámetro para afirmar que en Coahuila existe una realidad de respeto a los derechos fundamentales de la ciudadanía.

Valdría la pena, en este sentido, que la CDHEC sofisticara sus indicadores imponiéndose a sí misma metas cada vez más ambiciosas que empujaran el diseño e implementación de políticas públicas que lleven al sector público a ofrecer cada vez mejores servicios a la ciudadanía.

Aquí vale la pena decir que existe un amplísimo margen de mejora, por ejemplo, en el campo del Derecho Administrativo -aquel con el cual los ciudadanos tienen mayor contacto- pues es este terreno en el que con mayor frecuencia se violentan los derechos ciudadanos.

Se pone poca atención a este rubro, porque las agresiones físicas sufridas por cualquier ciudadano tienen mayor visibilidad y en gran medida hemos “normalizado” la ausencia de compromiso de las autoridades administrativas con el respeto a las libertades ciudadanas.

No debe olvidarse, por cierto, que de acuerdo con las estadísticas oficiales, aunque el número de recomendaciones ha bajado, las policías siguen siendo una asignatura pendiente para las autoridades de los tres órdenes de gobierno, porque son las que mayor número de quejas acumulan.

Existe pues, mucho espacio para mejorar. Lo que hace falta, es mayor compromiso de quienes tienen la obligación de vigilar el apego de las autoridades a su compromiso de proteger y garantizar los Derechos Humanos.