Sin duda los últimos días han resultado de profunda reflexión y han sido un cúmulo de sentimientos encontrados para la población. El exceso de información, las notas falsas y una sobreexposición a la redes sociales han contribuido a un clima de sospechosismo y alerta que poco ayuda para que la ciudadanía tome medidas eficaces para inhibir posibles contagios y, con ello, frenar los efectos negativos que conlleva esta pandemia.

El derecho a la salud no sólo depende del acceso a la atención médica, también el derecho de acceso a la información pública con relación a la naturaleza de la pandemia, las posibles amenazas y el conocimiento de las medidas de protección, tanto para las personas en lo individual como para la comunidad, juegan un rol de suma importancia.

Los gobiernos de todo el mundo y todos los niveles están obligados a informar a la población de forma clara, transparente y sin intereses partidistas. Por su parte, la comunidad también puede ejercer su libertad de expresión, la cual es entendida como el derecho a solicitar, buscar, recibir y difundir información, debido a esto, es necesario que se haga un uso responsable de los medios de comunicación que están a su disposición.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha instado a los gobiernos de todo el mundo:

1) A proporcionar información veraz sobre la naturaleza de la amenaza que supone el coronavirus.

2) A abstenerse de bloquear el acceso a Internet, y garantizar un acceso amplio y rápido a este. 3) A hacer esfuerzos excepcionales para proteger el trabajo de periodistas, debido a que su labor es crucial en un momento de emergencia de salud pública.

4) A que los gobiernos y las empresas de Internet aborden la desinformación por sí mismos con información fiable.

5) A que los Estados protejan la información personal de los pacientes, con un uso de la tecnología que contemple estrictas medidas de protección.

En tiempos de crisis, un enfoque basado en la perspectiva de derechos humanos es indispensable para el manejo de políticas públicas que se apliquen durante esta contingencia.

Los gobiernos tienen un reto complicado. Por ejemplo en México, con o sin problemas sanitarios, existen rezagos en materia de libertad de expresión o protección a personas defensoras de derechos humanos y periodistas, el acceso a Internet es limitado, y gran parte de las dependencias públicas presentan retrasos en la sistematización de información y el uso la tecnología para eficientizar sus procesos.

Finalmente, toda crisis conlleva la oportunidad de aplicar innovación para la resolución de problemas. Ojalá y esta pandemia sea un referente para la implementación de cambios profundos que mejoren los servicios públicos.