El peleador de jiu jitsu neozelandés, Jason Lee, no pensó que su estancia en Brasil terminaría en un martirio por abuso policial.

Lee se encontraba en tierras cariocas, y al momento de manejar un automóvil fue presa de los policías que lo obligaron a pagar sobornos para no pisar la cárcel pues según los agentes del orden, en Brasil está prohibido conducir siendo extranjero y sin llevar el pasaporte. 

Jason Lee regresaba de una competencia, él no participará en Río 2016 pues su deporte no es considerado olímpico, y a través de su cuenta de Twitter explicó que  fue secuestrado. 

Al neozelandés le pidieron 2 mil reales (600 dólares) por "infringir" las leyes de tráfico.

Tras abonar los 2 mil reales los policias le comentaron que no dijera nada, él no se quedó callado y los reportó a la policía turística. 

Un total de 85 mil policías estarán cuidando Río de Janeiro durante las Olimpiadas.