Un matrimonio que habita en la colonia Pueblo Insurgente denunció que durante la semana anterior un actuario judicial adscrito al Juzgado Primero Letrado Civil ingresó a su domicilio cuando la familia estaba dormida, con el objetivo de señalar bienes para un embargo derivado de un adeudo con una financiera; aseguran no contaba con una orden.

Silvia Salazar se encontraba dormida a media mañana, pues había salido del turno de noche; se desempeña como vigilante.

Semidesnuda en la sala de su vivienda marcada con el número 890 de la calle Emiliano Zapata, no se percató en ningún momento que tocaron a la puerta, fue hasta que, al escuchar ruidos muy cercanos, vio a varios hombres dentro de su domicilio señalando muebles diversos para realizar un embargo.

“Sin orden ni notificación se metieron sin permiso, yo estaba casi desnuda y dormida y ellos andaban en mi casa”, recuerda.

Fue hace cuatro años cuando su esposo Silvestre Álvarez Moreno solicitó un préstamo de 6 mil pesos a la Financiera Independencia —en materiales—, a decir del hombre, fue pagando el monto que se elevó a 22 mil pesos.

Hace 3 años le informaron que restaba un saldo pendiente de mil 400 pesos, pero con un convenio solo aportaría mil pesos netos y se terminaba la deuda.

Al pagar la cantidad, llegó a la conclusión que había liquidado el monto, sin embargo, al pasar 15 días le informaron que de nueva cuenta tenía un saldo de mil pesos, debido a que el convenio había vencido un día antes de que entregó la cantidad y lo que había aportado era solo el equivalente a intereses.

Decidió ya no pagar, al momento, afirma que se le anunció un pendiente de 25 mil pesos, por lo que se derivó la visita del actuario.

“Después fueron y me dijeron que les diera mil 100 pesos, pero dije: me van a hacer lo mismo, ahora dijeron que debo 25 mil pesos y dije no puedo pagar esto”, reclama.