Miembros de la Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina de Coahuila denunciaron los abusos que, aseguraron, han venido cometiendo elementos de Fuerza Coahuila, en Ocampo, entre los que señaló torturas a detenidos, extorsiones, infracciones “fantasmas”, entre otros.

Gustavo de la Rosa Ramírez, dirigente de UFICC, señaló que, incluso, en esa localidad, han habido cinco secuestros desde que elementos de esa corporación presta el servicio de seguridad.

Acusó al alcalde José Alfonso Pecina Medrano y al director de Seguridad Pública, Roberto Torres Ríos, de amedrentar también a la población y estar “enfermos de poder”.

“Están viendo como un negocio a Fuerza Coahuila junto con el Alcalde, éstas son las mutas por pasarse un alto, ¡2 mil 100 pesos! yo creo que ni en Saltillo la Policía Municipal fija estas multas”, expresó mientras mostraba un boleta de infracción.

“No trae nada (la boleta), ni siquiera está firmada por el oficial que supuestamente levantó la infracción, es un negocio, por eso les digo, se están llevando cada fin de semana, cerca de 80 mil pesos los elementos de Fuerza Coahuila”, acusó.

Dijo que muchos de los agentes de Fuerza Coahuila son los mismos que fueron “corridos” por la población de Cuatrociénegas, ante los arbitrios que cometían frecuentemente en ese municipio.

“Pero además decirles, que esos elementos, que desafortunadamente nos mandaron al Municipio de Ocampo, son aquellos que en Cuatrociénegas la gente se armó de valor y pidió sus destitución. Los corren de Cuatrociénegas pero nos los mandan a estarlos nosotros tolerando en el municipio de Ocampo”, destacó.

“Lo digo con toda claridad, en Ocampo tenemos delincuentes con uniforme que se llama Fuerza Coahuila”, subrayó.
También aseguró que el alcalde Pecina Medrano y Torres Ríos lo han amenezado con “desaparecerloS” a él y a otros miembros de UFICC, si es que no le ‘bajan’.

María Elva Barbosa, expolicía municipal, denunció que a principios de octubre del año pasado Torres Ríos, en estado de ebriedad, ordenó a las mujeres oficiales realizar ejercicios de adiestramiento y a la primera equivocación les daba una patada o las golpeaba con una tabla, hasta que a ella le fracturó la cadera.

David Múzquiz, ganadero, denunció por su parte que tabajadores suyos fueron acusados falsamente de abigeato

“Los torturaron y les colocaron en la cabeza una bolsa con agua y salsa Valentina, y para recuperar la libertad tuvimos que  pagar 21 mil pesos de multa por delitos inventados”, aseguró.