Saltillo.- Para solicitar un permiso de alcoholes, autoridades estatales rodearon con más de 20 elementos armados un restaurante del Centro Histórico y esculcaron las bolsas de los comensales el sábado pasado. La dueña del establecimiento denunció abuso de autoridad y dijo que presentará una denuncia ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Coahuila. 

Ivonne Mónica Orozco, propietaria del restaurante “Las Delicias de Mi General”, ubicado en el cruce de las calles De la Fuente y Bravo, señaló que el sábado en la noche, mientras se celebraba una cena con tintes culturales, dos personas que se identificaron como René Téllez y Jesús Aguirre, supuestos inspectores de la Procuraduría General de Justicia del Estado. 

Los funcionarios de la PGJE iban acompañados de policías estatales e incluso soldados, según relató la dueña del establecimiento. Aseguró que tras solicitarle los permisos de alcoholes correspondientes al 2015, los elementos entraron al restaurante con armas y empezaron a revisar las bolsas de los comensales. 

“Para mí eso no es una diligencia dentro de la ley para requerir un papel, esto para mí es un allanamiento de morada. Ellos se portaron muy prepotentes y estaban esculcando las bolsas de los comensales, amenazaron a un mesero con meterlo a la cárcel, como si fuéramos unos delincuentes”, comentó. 

Dijo que en repetidas ocasiones pidió a los inspectores discutir la situación en la oficina del lugar, pero se negaron y continuaron amedrentando tanto a trabajadores como a los clientes. Agregó que pudo acreditar la licencia municipal de alcohol, no así la estatal, por lo que los inspectores clausuraron el lugar. 

Tras asegurar que el incidente podría repercutir en la clientela y sus ganancias, Mónica Orozco aseguró que en estos días acudirá a la CEDHC para denunciar a los funcionarios citados por abuso de autoridad. 

De acuerdo con la Ley Para la Regulación de la Venta y Consumo de Alcohol de Coahuila en su artículo 58 sobre el desarrollo de las inspecciones, los funcionarios encargados deben hacer la diligencia en todo momento con el propietario del lugar y nunca incluir a los clientes, como ocurrió en esta ocasión.