ARTEAGA, COAH.- El edificio de la Policía Municipal de Arteaga brilla por la falta de personal designado para atender las necesidades de la ciudadanía.

Al entrar a ese lugar ni siquiera hay quién reciba a la gente, debido a eso los habitantes del Pueblo Mágico deben esperar el llamado de alguno de los agentes que se encuentran del otro lado de la puerta que abre paso a las oficinas principales. 

María Guadalupe Ferrer Bonilla, madre de Juan Pablo Rivera Ferrer, de 14 años de edad, acudió el pasado viernes alrededor de las 12:00 del mediodía para que las autoridades le aclararan la situación de su hijo, pues el día miércoles en la mañana fue detenido y llevado al edificio de la Policía Municipal, debido a que los elementos policiacos consideraron sospechoso que el adolescente llevara consigo una pipa, por lo que decidieron arrestarlo, no sin antes golpear sus costillas, asegura la madre. 

“Ellos venían a buscar trabajo (el hijo y un amigo) y los paró la patrulla porque traían una pipa. Los querían subir pero ellos se resistieron porque no traían nada en la pipa, y pues mi hijo es menor de edad, se resistió y el policía lo golpeó en las costillas, se lo trajeron y nosotros no sabemos nada desde las 12:00 de la noche que hablé, vinimos a la una y media del día siguiente y ya no nos dejaron verlos”, afirma María Guadalupe Ferrer.

La madre aclara que el menor ya quedó en libertad, pero que no es la primera ocasión en que su hijo se ve intimidado por las autoridades municipales, ya que al llegar a casa le cuenta con miedo que no se siente seguro de caminar por las calles del pueblo, pues las patrullas lo siguen sin motivo aparente.