En teoría, el el programa de pruebas antodopaje de la NFL es independiente y aleatorio, los jugadores son seleccionados por un algoritmo de computadora muy complicado, que solo la gente de la NASA podría sabotear. Aún así, el nombre de Eric Reid, de Panthers, volvió a aparecer después del juego del lunes por la noche contra los Saints de Nueva Orleáns.

Para aquellos que no han estado siguiendo esta peculiar historia, Reid ha sido examinado siete veces desde que firmó con Carolina el pasado 27 de septiembre. Dos de esos exámenes habrían sido parte del examen físico de Reid antes de unirse a los Panthers. Pero todos los demás han sido parte del programa de prueba “aleatorio”, que selecciona a 10 jugadores cada semana de un equipo.

Once juegos, cinco pruebas de drogas. No tienes que ser un estudiante de matemáticas avanzadas para deducir que las probabilidades de que te eligan tantas veces son muy improbable.

Pero todo toma sentido cuando te enteras que la persona que está saliendo elegida tantas veces ha demandado a la NFL por colusión y es, después de Colin Kaepernick, el jugador más identificado con las protestas durante el himno nacional sobre el racismo y la discriminación económica.

“Eso tiene que ser estadísticamente imposible”, dijo Reid después del juego. “No soy un matemático, pero no hay manera de que sea posible”.

La NFL dijo que no podía comentar sobre un jugador en específico, y en cambio señaló los detalles del acuerdo conjunto con la NFLPA sobre el programa de pruebas de drogas. 

Las actitudes del público hacia Kaepernick y las protestas de los jugadores ya están cambiando gracias a los videos comerciales de la marca deportiva Nike. Y llegará un día en que Kaepernick será visto como una figura fundamental en las relaciones raciales de Estados Unidos.

Sin embargo, la mayoría de los propietarios de la NFL siguen atrincherados en sus burbujas privilegiadas y parecen estar dispuestos a hacer que Kaepernick y Reid paguen por su atrevimiento.

Kaepernick no tiene trabajo, lo absurdo es más evidente luego de que Washington se quedó literalmente sin quarterbacks, el equipo eligió la peor opción que podían tomar al contratar a Mark Sanchez. El entrenador Jay Gruden solo pudo justificar esa decisión indicando que requerían a alguien que conociera el sistema del equipo.

Las consecuencias: el equipo que estaba a un paso de entrar a playoffs, hoy ya están fuera de contienda y se esperan sumar un par de derrotas más, con Sanchez empeorando sus actuaciones semana a semana.

Mientras Reid está jugando nuevamente, firmado por uno de los pocos dueños de la NFL que apoya a los jugadores, pero que se le recuerda en todo momento que no es bienvenido. 

“Sé que no he hecho nada malo, por lo que no me preocupa que mis análisis de drogas vuelvan (positivo)”, dijo Reid el mes pasado. “Pero el sistema está mintiendo, muy parecido a lo que estoy protestando”.

Aquí es donde entra la NFLPA.

El programa de pruebas de drogas de la liga es administrado conjuntamente por la NFL y la NFLPA, sin embargo, la NFLPA ha sido evidente en su silencio sobre Reid. Supuestamente, se analizó la posibilidad el mes pasado de que Reid estaba siendo perseguido, según anunció ESPN.com. Pero hasta el día de hoy no han emitido algún tipo de comunicado tocando el tema o mínimo apoyando al jugador.

Lo que no debería ser una gran sorpresa. La NFLPA, que no respondió a una solicitud de comentarios, no ha respaldado a sus propios agremiados en las protestas.

Cuando Kaepernick comenzó a protestar, la única “declaración” del sindicato fue una entrevista que el director ejecutivo, DeMaurice Smith, hizo con The Nation, Dave Zirin, en la que ofreció apoyo, más por compromiso. No fue hasta que el presidente Donald Trump insultó a los jugadores y sugirió que deberían ser despedidos, el sindicato se volvió más enérgico en defender a los jugadores que protestaban.

En ese punto, ya era demasiado tarde. Las protestas fueron calificadas como “protestas por el Himno Nacional” en lugar de protestas durante el Himno Nacional (hay una gran diferencia en esas semánticas) y los jugadores pintados como malcriados, ingratos y malagradecidos, por no respetar a la bandera y al ejército.

Si la NFLPA hubiera llegado a la defensa de los jugadores desde el principio, hubiera ayudado a amplificar las injusticias que los jugadores intentaban resaltar, el mensaje y la reacción a las protestas probablemente hubieran sido diferentes. En cambio, los jugadores fueron “crucificados” por la crítica y la afición.

Estar en el lado correcto de la historia no sucede por casualidad.

Veremos cuántas veces más son “elegidos al azar” para hacer las pruebas antidopaje los jugadores que no estén del lado de los intereses de la NFL.