Nuevo paso de Juan Martín del Potro en el US Open. El argentino animó el cierre de la quinta jornada con su claro triunfo sobre Fernando Verdasco, verdugo del ex número uno Andy Murray en segunda rueda. Así, el Nº3 del mundo sacó pasaje a octavos de final en el cuarto y último Grand Slam de 2018.

El tandilense se enfrentó por sexta vez con el zurdo español a nivel ATP, con saldo positivo de 5-1 (uno de esos triunfos le valió un título, Estoril 2011) y ahora 4-1 en canchas duras. En Nueva York, la victoria fue de 7-5, 7-6 (6) y 6-3, para alegría de los muchos argentinos presentes.

Con autoridad, firme con el servicio y preciso y punzante con su letal derecha, el campeón del Abierto de Estados Unidos de 2009 logró maniatar a Verdasco, un rival siempre de cuidado, por sus cambios de ritmo, su aceleración y los ángulos que consigue con su zurda.

La mayor calidad le permitió cerrar con criterio los dos primeros capítulos y ya después, con ese envión anímico, concretó una rotura clave en el comienzo del tercero. Sin problemas, entonces, pese a lo cerrado del marcador en los dos sets iniciales, Del Potro dio un nuevo y firme paso para avanzar por 16ª vez en su carrera a los octavos de un Grand Slam.

El próximo rival del líder latinoamericano será el domingo el croata Borna Coric, que se destacó ya en más de un caso en esta temporada y este viernes se encargó de despachar al ruso Daniil Medvedev, en choque de dos talentos de la nueva generación que buscan pegar el gran salto.

Por su cuenta, Pella quería meterse en la segunda semana de un Grand Slam por primera vez en su carrera. Pero no pudo ser. El bahiense cedió ante el georgiano Nikoloz Basilashvili, que venía de borrar al estadounidense Jack Sock, Top 10 a comienzos de año y ahora ratificó su buen momento venciendo por 6-3, 6-4, 1-6 y 7-6 (4). Por eso, fue una jornada con una sola alegría argentina, la de su gran figura.

Serena Williams igualó su victoria más desigual en 30 duelos contra su hermana Venus al derrotarle el viernes por 6-1, 6-2 en la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos.

Sacudiéndose de una dolencia en el tobillo que sufrió al principio del partido, Serena ganó siete juegos seguidos y redondeó su actuación más dominante desde que dio a luz a su hija Alexis Olympia hace un año.

El duelo más prematuro entre las hermanas en un torneo del Grand Slam en 20 años acabó en un suspiro ante la impotencia de Venus para neutralizar la potencia de Serena, aunque el público trató desesperadamente en auparla al comienzo del segundo set.