Del Día del Presidente al Día de la Democracia: La llegada de Biden

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Del Día del Presidente al Día de la Democracia: La llegada de Biden

El cambio presidencial que vivimos esta semana en Estados Unidos me lleno de esperanza y me recordó la importancia de las instituciones públicas, pero sobre todo del poder que tenemos los ciudadanos en la toma de decisiones.

La democracia en Estados Unidos es la más vieja del planeta, gran parte de los países la tomaron como muestra para construir sus sistemas políticos durante el siglo 18 y 19, principalmente esta semana nos demostró por qué es así. Aquí algunas reflexiones básicas sobre democracia y control del poder: 

1.- El poder no depende de una sola persona. Aunque Trump creyera (más de una vez) que podía hacer y deshacer según su voluntad. El sistema político estadounidense demostró de qué estaba hecho y no dejó que el Poder Ejecutivo (Presidente) hiciera lo que creía la verdad absoluta. 

2.- El voto tiene la voz más poderosa. Independientemente de la forma de organizar las elecciones en términos de operación y logística, después de esta experiencia estadounidense nos ha dejado claro que el poder sí lo tienen los electores, y cuando algo no les gusta o no creen que es la dirección correcta, lo más importante es defender el derecho a decidir el rumbo a través del voto. 

3.- Las instituciones fuertes (y consolidadas) son capaces de contener la presión política y resolver los conflictos de manera pacífica. Las instituciones en la democracias consolidadas permiten que las transformaciones sociales y políticas se puedan dar a través del dialogo y el consenso cuando existen los canales adecuados para esto. Éstos últimos están en constante construcción conforme a las diferentes realidades. 

Joe Biden hizo un gran apunte al quitarle el Día del Presidente al Día de la Democracia. Históricamente las tomas de posesión en Estados Unidos se conocían como el Día del Presidente, cuando como bien se apuntó, son de la ciudadanía.

La historia juzgará tanto las acciones de Trump como las de Biden, y nuestros nietos y nietas estudiarán en sus libros de historia este momento. Pero algo quedó muy claro: el poder de la ciudadanía (organizada y por la vía institucional) siempre será más que el poder de una sola persona, aunque esté sea un Presidente sumamente popular y con gran grado de aceptación. 

El cambio de poderes esta semana en Estados Unidos fue una gran fiesta democrática, que no habíamos visto en ningún otro lugar del mundo (que yo recuerde) después de conflictos tan marcados como los sucedidos en Washington semanas anteriores.

Para muestra un botón: Venezuela entre Maduro y Guaidó o Nicaragua de Daniel Ortega. En México tendremos las elecciones más grandes de la historia este año, la participación activa de la ciudadanía y el poder que les otorguemos a las instituciones encargadas de realizar y fiscalizar esto será muy importante, y una antesala al cambio presidencial en el 2024. 

Fortalecer al INE, Inai y los Tribunales Electorales, en este caso, debe ser prioridad para nosotros como ciudadanas y ciudadanos. Quiero vivir una gran fiesta democrática este verano en mi país. ¿Tú? ¿Estás listo para asumir el reto como #CiudadanodeTiempoCompleto?