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Deje las dietas rígidas (no funcionan) y empiece a hacerle caso a su cuerpo
No es ningún secreto que las dietas de moda no sirven; por lo menos no a largo plazo. De hecho, hacer dieta es presagio consistente de un aumento de peso en vez de un adelgazamiento a largo plazo. Los que reconocen que es verdad suelen tener problemas para averiguar qué hacer para vivir una vida sana sin hacer dieta.
Mucha gente descubre la alimentación intuitiva mientras persigue un estilo de vida sano sin dietas. La base de ese tipo de alimentación es hacer las paces con la comida, respetar los indicios de hambre y saciedad que da el cuerpo y dejar las dietas para cultivar una condición mental y física óptima.
A la mayoría de las personas que hacen dietas a lo largo de toda su vida no les cuesta entender la idea de que no traen la felicidad y la salud que estaban buscando. A primera vista, la alimentación intuitiva puede parecer laxa y abstracta, y a muchos les puede resultar extremadamente difícil entrarle de lleno porque abandonar la rigidez que antes imponía una dieta puede dar miedo.
Entonces, ¿cómo hace una persona para usar su capacidad de comer por intuición sin la comodidad familiar de una estructura?
La respuesta consiste en crear una estructura flexible en la rutina de alimentación. La dietista registrada Emily Fonnesbeck acuñó el término “estructura flexible” de alimentación, que significa encontrar formas de adoptar la alimentación intuitiva utilizando orientaciones estructuradas menos severas, que no apuesten a todo o nada, y así evitar la montaña rusa de emociones y conductas que suelen conllevar las dietas.
Aquí van algunos consejos para pasar de hacer dietas a comer por intuición creando una estructura flexible en la rutina de alimentación y el estilo de vida.
Armar una lista de cosas innegociables para el día a día
Otra dietista ciertificada, Jessi Haggerty, aconseja a sus clientes crear una lista de tareas y comportamientos diarios innegociables. Así como uno se lava los dientes todos los días, hacer una lista personalizada de cosas que uno hace todos los días para cuidar de sí mismo es una idea sabia. Según Haggerty, “la lista puede variar según cada cliente. Un ejemplo sería: beber dos litros de agua, comer una porción de verduras con hojas y salir a caminar después de la cena. La clave es que sean cosas que uno pueda agregar al día y no cosas para quitar. Además, todo eso puede ayudar a escuchar mejor las señales de hambre y saciedad”.
Estar al tanto de las señales de hambre y saciedad
Otra dietista certificada, Lauren Fowler, reconoce la importante que juega la estructura en las personas que comienzan a abandonar las dietas. Para ella “puede consistir en dejar de contar las calorías o estar atento a los indicios de hambre y saciedad para estructurarse, o bien contar con un plan semanal de colaciones pero sin dejar de ser flexibles. Con el tiempo, la persona logra confiar más en sí misma y puede abandonar la rigidez y la estructura para aprender a escuchar a su cuerpo”.
Contar con un plan semanal de colaciones flexible
Como explicó Fowler, crear un plan de colaciones flexible es otra forma de estructurarse en la transición hacia un enfoque de alimentación más intuitivo. Uno puede sentarse y hacer tormenta de ideas para armar tres desayunos, almuerzos y tentempiés balanceados preferidos y luego crear un plan semanal de cenas. Planificar, comprar y tener alimentos en casa para las colaciones puede volver mucho más realista y práctica la alimentación intuitiva.
Concentrarse en lo que se está comiendo más que en las restricciones
Como las dietas suelen concentrarse en lo que no se puede comer, a la hora de concentrarse en la alimentación intuitiva puede resultar útil pensar en qué se puede comer más. Erica Hansen, dietista científica certificada, afirma: “Cuando ayudo a mis clientes a hacer esa transición, me gusta ayudarlos a concentrarse en pensar en qué necesitan comer más cuando sienten hambre. ¿Comieron muchas frutas y verduras durante el día? ¿Podrían comer más?”.
Horarios estructurados para comer
Tener horarios estructurados para comer durante el día puede ayudar a recordar cuándo prestarle atención al hambre. Fonnesbeck alienta a sus clientes a “prestarle atención al hambre cada tres o cuatro horas. Si la alimentación viene siendo caótica o caprichosa, las hormonas del hambre y la saciedad serán muy poco confiables y basar las decisiones en las señales intuitivas no servirá para nada. Caer en alguna clase de ritmo flexible normalizará esas hormonas, lo que hará que la gente comience a recordar que puede confiar en sí misma y sus propias señales intuitivas. Los patrones de alimentación normalizados también hacen lo suyo con los niveles de glucosa y ayudan a uno a sentirse más lleno y satisfecho, lo que puede hacer que se sientan menos ansias por comer y un mayor equilibrio con las cosas que elige comer, lo que aumenta la confianza en uno mismo”.
Crear un plato equilibrado con el método del plato
A algunos les gusta estructurar lo que comen buscando equilibrar sus platos en cada colación. El método del plato es sencillo: se divide el plato en cuatro partes iguales y se llena cada una con fécula, proteínas, verduras y frutas. Por supuesto, en algunos casos puede que tenga más sentido dejar de lado la fruta y tratar de llenar medio plato de verduras. Esta idea puede crear una sensación de estructura sin dejar de mantener cierta flexibilidad respecto a tus elecciones para cada categoría. Además, orienta a la persona a controlar sus porciones.
La transición de las dietas a la alimentación intuitiva constituye un importante cambio de paradigma. Busque formas de encontrar su punto justo. Adopte algunas ideas que lo hagan sentirse seguro en esa transición y encuentre maneras de crear estructuras flexibles para comer, que le permitan alejarse de la mentalidad rígida a todo o nada creada por las dietas y adoptar un estilo de vida flexible e intuitivo para obtener salud mental y física y paz.