Deja Peña a México en el desamparo
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Deja Peña a México en el desamparo
Hay tres variables económicas que están íntimamente ligadas: el tipo de cambio, la tasa de interés y la inflación; todas han subido, y los precios también lo harán, por más que se intente hacer creer que no.
El discurso del Presidente básicamente dice que confiemos en el libre mercado: “Lo que habremos de observar hacia futuro, es que el precio de la gasolina, como el precio de otros productos que consumimos, se mueva cotidianamente, a veces ligeramente al alza, a veces ligeramente a la baja…
“Esto es lo que es correcto y es lo que funciona en las economías de mayor desarrollo, en donde México hoy está incursionando… las medidas van a permitir seguir transitando por la senda de crecimiento, desarrollo y sobre todo de bienestar para las familias mexicanas… para los que más lo necesitan y a los sectores más vulnerables”.
Al Presidente no le pagamos para que deje a la población en manos de las fuerzas de libre mercado, hasta Trump está defendiendo a su país. El papel del Estado es regular esas fuerzas, supervisarlas y buscar el bien común de la población.
“Las funciones antes consideradas inherentes al monopolio natural de los estados hoy puestas bajo la custodia de fuerzas del mercado ya reguladas, con lo cual tales funciones quedan así sustraídas del ámbito de la responsabilidad la supervisión política.
Y en cuanto a la tarea de afrontar los efectos sociales adversos y potencialmente destructivos de la tendencia endémica del mercado a priorizar la rentabilidad económica por encima de todo y sin ninguna limitación, aún a costa de otros valores, dicha labor ha sido enajenada a la iniciativa, el ingenio, la resistencia y los siempre inadecuados recursos del individuo.
“La política no es magia, no es una chistera llena de trucos, sino voluntad, estrategia y coherencia”. François Hollande, presidente de Francia en 2013.
“El reciente colapso de la economía basada en el crédito ha puesto de relieve la quiebra de ese sistema de un modo espectacular”, dijo John Gray, quien se pregunta por qué el reciente descalabro económico no ha servido para incrementar la cooperación internacional, sino muy al contrario, para liberar una serie de presiones centrífugas.
“Los gobiernos son una víctima más de la crisis y, con la lógica que aplica cada uno de ellos para proteger a sus respectivas ciudadanías, están generando una mayor inseguridad”; sosas como aumentar impuestos está visto que no es la solución.
J.M. Coetzee, dice: “La cuestión de por qué la vida debe equipararse a una carrera, o de por qué las economías nacionales deben emprender una carrera para ver cuál supera las otras, en vez de correr como compañeras y en beneficio de la salud, no se plantea…
Pero sin duda Dios no hizo el mercado. Dios o el Espíritu de la Historia. Y si los seres humanos lo hicieron, ¿Por qué el mundo tiene que ser un anfiteatro donde los gladiadores matan o perecen, en vez de, por ejemplo, una colmena o un hormiguero cuyos miembros se afanan por colaborar?”