MÉXICO, D.F.- La falta de una regulación del gobierno para que todos los autos nuevos que se comercializan en México cumplan con los estándares de seguridad recomendados por la ONU, genera un sobrecosto a los consumidores por incluir aditamentos de seguridad en sus vehículos, indicó Stephan Brodziak, investigador en Seguridad Vial de El Poder del Consumidor. 

Estas tecnologías de seguridad sólo se integran en los vehículos de lujo o en la versión más equipada de los autos básicos, “lo que posibilita a la industria incrementar de manera artificial el precio y multiplicar las ganancias por tecnologías cuyo costo se excede en el precio al consumidor”, destacó. 

Como ejemplo, la versión básica del Aveo —el más vendido en México—, cuesta 150 mil pesos; y la equipada con 2 bolsas de aire y frenos ABS es de 195 mil pesos. 

La diferencia de 45 mil pesos no corresponde al costo de estas tecnologías, pues el precio de frenos ABS para la armadora es de 250 dólares y cada bolsa de aire es 50 dólares.

Otro ejemplo es el Jetta VW de lujo, con la más equipada con control de estabilidad cuesta 400 mil pesos, y la versión más básica 200 mil pesos. Pero el control de estabilidad en cada vehículo le cuesta a VW 60 dólares y permitiría reducir en un 80% el riesgo de accidentes para los pasajeros.