Deconstruyendo a Riquelme; las propuestas del Moreira III

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Deconstruyendo a Riquelme; las propuestas del Moreira III

El pasado 20 de enero inició su precampaña Miguel Riquelme, aspirante del PRI a la Gubernatura de Coahuila. Y a escasos 14 días de que concluya el ejercicio, conviene desglosar su oferta política en caso de resultar candidato, pues su rival, Jesús Berino, sólo ganaría la contienda en una novela de Saramago.

A través de comunicados de prensa difundidos en las últimas cuatro semanas, el exalcalde de Torreón ha ido esbozando propuestas concretas con un denominador común: la mayoría parte de un análisis erróneo de la realidad. El único dato acertado que ofrece, no es broma, es que Coahuila ocupa el primer lugar nacional en producción de melón.

En reiteradas ocasiones, como leitmotiv de la precampaña, Riquelme ha dicho que Coahuila es la séptima economía del País. Y sí, lo es debido a su tamaño y a la vocación industrial. Pero en 2015 (último año con datos disponibles) el crecimiento anual del PIB fue del 2.3%, lo cual nos ubica por debajo de la media nacional y en el lugar 20 del País de acuerdo con el estudio “Producto Interno Bruto por Entidad Federativa 2015”, publicado recientemente por el Inegi (6 de diciembre de 2016).

Desde 2010, año en que Gobierno del Estado contrató 20 mil 529 millones de pesos en deuda pública, el crecimiento del PIB está en caída libre.

Ésa, cabe señalar, no es la única diferencia entre el discurso y el contexto. En Ramos Arizpe, por ejemplo, el priísta afirmó que dicho municipio es quien más recursos aporta al PIB nacional, lo cual es falso. Según el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, ni siquiera está en el top 10.

También ha cuestionado sistemáticamente que, “mientras los profesores de Coahuila cumplen al 100 por ciento con sus obligaciones, en estados como Chiapas y Oaxaca su salario es mayor, y muchos de ellos ni siquiera se presentan a clases”. Lo que no señala, en cambio, es que Oaxaca y otras 14 entidades invierten más que Coahuila en “gasto educativo básico per cápita”, y ocupamos por tanto la posición 16.

En Monclova, por otro lado, se comprometió a “proteger a la industria del acero de la competencia desleal” y “buscar mejores sueldos para los trabajadores que forman parte de ella”.

Imposible. La siderurgia es un asunto de competencia federal y, salvo que subsidien con recursos estatales los salarios (cuestión que se antoja imposible debido a que no hay presupuesto adicional gracias a la deuda pública), la participación de un Gobernador en esa relación laboral es nula. Inexistente.

Ahí no acaba el asunto. En Torreón señaló que “pasaron 20 años para que una empresa se instalara” en la ciudad y que, durante su mandato, se generaron “34 mil nuevos empleos”.

Falso, y falso.

Antes de ser Edil llegó inversión extranjera directa, sin embargo, ésta se desplomó a partir de 2010, durante el cuatrienio encabezado por Eduardo Olmos (como se puede demostrar con información recopilada por el IMCO), hecho que desmiente su estadística. Acerca de las plazas laborales, durante el trienio que estuvo al frente del Ayuntamiento se generaron 27 mil 125 a juzgar por la información del IMSS. Un 20 por ciento menos de lo que menciona.
Coahuila, por si fuera poco, se ubica en el lugar 23 en creación de puestos de trabajo de 2015 a 2016. Nada que presumir.

Además Riquelme critica que, durante 2017, la entidad no será beneficiada con la construcción de nosocomios y unidades médicas del IMSS, a diferencia de Nayarit y Chiapas. Pero en el Presupuesto de Egresos para el ejercicio fiscal 2017 hay etiquetados 300 millones de pesos para invertir en el nuevo Hospital General de Zona en Ciudad Acuña. ¿Nadie le avisó?  Ahora bien, si no van a iniciar la obra y él cuenta con información privilegiada, ¿qué harán con ese dinero?

Cortita y al pie
Tan pobre de ideas está el proceso electoral que no encontrará usted propuestas concretas de otros aspirantes, exceptuando las ocurrencias, lugares comunes, ofrecimientos genéricos, coyunturales, descafeinados, sobados y rutinarios de cada seis años.
Tampoco hay ideologías; el espectro político no existe. Nadie se define; nadie arriesga. Entre ruido y lodo no sabemos lo verdaderamente importante: para qué quieren el poder.

En su defensa dirán que para eso existen las plataformas políticas, documentos (¿alguna vez ha leído uno en su vida?) en los cuales reposan las ideas de gobierno aunque, en la práctica, representan un simple requisito que exige la Ley Electoral para acceder al poder.

El panorama es realmente desesperanzador, y sólo hay de dos sopas: que los partidos políticos y eventuales candidatos independientes revelen, por estrategia, su plan de acción durante las campañas (que inician hasta el 2 de abril), o sencillamente transiten todo el proceso electoral nadando de a muertito, esperando pescar algo a río revuelto.

La última y nos vamos
Por lo demás, mientras Donald Trump busca revertir la globalización, cerrando las puertas de su País, Miguel Riquelme busca revertir el federalismo, aislando a Coahuila del pacto nacional.

Lo mismo, pero en diferente contexto. Ojo.

@luiscarlosplata