En medio de los premios Goya y el Festival Internacional de Cine de Berlín se dieron algunos decesos relacionados al cine mexicano pero también internacional que se nos quedaron en el tintero.

El primero de ellos fue el del escritor Eusebio Ruvalcaba, uno de los más representativos de la literatura contemporánea en México, el pasado martes 7 de febrero. En 1995 su novela “Un Hilito de Sangre” fue llevada a la pantalla grande por el cineasta Erwin Newmaier, con un guión de Alejandro Lubezki y la actuación, entre otros, de un todavía chamaco Diego Luna.

El segundo de ellos fue el de la actriz Josefina Lerner el 10 de febrero y quien nació bajo el nombre de Josefina Noguera Escobar en el año de 1929. Participó en el cine mexicano en clásicos como “Los hijos de María Morales” (Fernando de Fuentes, 1952); “Sucedió en Acapulco” (Alejandro Galindo, 1953) y “Pablo y Carolina” (Mauricio de la Serna, 1957), entre otras, compartiendo créditos con Pedro Infante; Germán Valdés “Tin Tán”; Sara García y otros más.

Para terminar, fue el jueves pasado quien también a los 87 años de edad falleció de un infarto fulminante el maestro José Solé, considerado un pilar fundamental del teatro en México y quien trabajó como actor, director de escena y escenógrafo. Sus primeras incursiones en las artes escénicas fueron papeles secundarios en algunas películas. Fue reconocido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2008 y la Medalla de Oro de Bellas Artes.

En relación al cine del otro lado del charco, el viernes 17 falleció a los 79 años de edad el luchador norteamericano George “El Animal” Steele, quien ganó notoriedad en el Séptimo Arte al interpretar el papel de Tor Johnson en el clásico de culto de 1994 “Ed Wood”, de Tim Burton, mientras que el sábado 18 fue el mundo de la crítica cinematográfica norteamericana el que se vistió de luto con la muerte del renombrado crítico de la revista Time, Richard Schickel, a los 84 años de edad después de una serie de infartos. Shickel se convirtió en uno de los más importantes críticos al momento en que el cine se integró en la consciencia cultural gracias a su prosa erudita y su crítica aguda en una trayectoria que abarcó cinco décadas, miles de críticas y docenas de libros. Descansen en paz.

En notas más agradables, el mismo sábado el que estuvo de manteles largos al cumplir sus 85 años de edad fue el cineasta de origen checo Milos Forman, dos veces ganador del Oscar al Mejor Director por “Atrapado sin salida”, de 1975 y “Amadeus”, de 1984, mientras que el día de ayer quien festejó a lo alto sus nueve décadas de vida fue el actor afroamericano Sidney Poitier, el primer actor de color en ganar el Oscar al Mejor Actor en el año de 1964 por la cinta “Lillies of the field” (Ralph Nelson, 1963) y que en el año 2002, cuando la que hizo historia fue Halle Berry al convertirse en la primera afroamericana en ganar el Oscar a la Mejor Actriz por “El pasado nos condena” (Marc Forster, 2001) Poitier se hizo por su parte acreedor a un Oscar Honorario por su legado fílmico.

Para terminar, y siguiendo con las buenas nuevas ahora relacionadas a nuestro país, el sábado 18 se dieron a conocer los ganadores de esta edición en la cual los mexicanos Esteban Arrangoiz y Everardo González se alzaron con el Oso de Plata por su cortometraje “Ensueño en la pradera”, el primero, y el premio Amnistía Internacional por su largometraje documental “La libertad del diablo” el segundo.

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