La cabeza de Juan Carlos Osorio no está en peligro, a no ser que hoy se presente otra humillante derrota; lo que sí está en juego, es la posibilidad para que el técnico de la Selección Nacional le dé certeza a su proyecto de cara a la Copa del Mundo del próximo año.

 

México estará en ese Mundial, no hay duda de eso. Sin embargo, lo que se mantiene son los cuestionamientos sobre el método y las formas como trabaja el estratega, quien ha llenado de dudas su entorno en los únicos dos torneos oficiales en los que ha participado: la Copa América Centenario y ahora la Copa Confederaciones. Las decisiones que ha tomado en la cancha lo han exhibido ante Chile (2016) y ante Nueva Zelanda (el pasado miércoles).

 

Osorio puede defender el sistema rotación bajo cualquiera de los argumentos que publicó en su libro “La Libreta de Osorio” y que suenan tan exquisitos como la mayoría de los discursos que avienta en las conferencias de prensa. Pero la continuidad no se gana con la palabra, sino con hacer que este equipo mejore y no ha sido el caso. Se esperaba que con lo vivido ante los chilenos, el entrenador nacional entendería que hay algo en esas rotaciones que no cuadra. No fue así.

 

Y lo peor es que no existe la figura de un director de selecciones -quizá antes tampoco la había con Santiago Baños, pero al menos aparecía en las fotografías-, que le cuestione o que le pueda debatir este tipo de decisiones.

 

Este es uno de los grandes pendientes de los dirigentes de la Federación Mexicana de Futbol, aunque pareciera que Decio de María y Guillermo Cantú están a gusto sin ese personaje como para no incomodar a Osorio. Sin embargo, ese contrapeso le haría bastante bien al colombiano en estos momentos, porque por ahora ninguno de sus auxiliares parece capaz de debatirle las decisiones. Tampoco necesita una nana. Simplemente alguien que esté fuera de su círculo de colaboradores, quienes por obvias razones, pareciera que a todo le dicen que sí.

 

Y ese personaje tampoco es Imanol Ibarrondo. El español puede ser muy buen motivador y energizar a los jugadores con tremendas charlas, pero al final no sirve para maldita la cosa en temas de cancha. Los futbolistas, también deben comprometerse más en momentos complicados, de todos ellos necesita el técnico. 

 

El juego ante Rusia, una posible derrota y eliminación, no dejarán fuera a Osorio de esta selección porque el señor fue contratado para clasificar y dirigir en la Copa del Mundo. Ya cumplió con el primer objetivo aunque faltan algunos partidos en el Hexagonal, ahora debe trabajar para trascender en ese torneo, en el Mundial, y en verdad aprender de sus errores para no condenarse a repetir la historia de fracaso.