Debates deben involucrar a la ciudadanía, señala estudio legislativo

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Debates deben involucrar a la ciudadanía, señala estudio legislativo

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El Instituto Belisario Domínguez destaca la importancia del moderador y el nivel de participación que se permitirá a la ciudadanía en el nuevo formato.

Los debates presidenciales deberán tener formatos más flexibles que permitan la interacción entre los candidatos, así como mayor involucramiento de la ciudadanía, señala un estudio del Instituto Belisario Domínguez.

En la investigación “Debates presidenciales: la elección del formato y sus implicaciones”, el organismo dependiente del Senado de la República destaca la importancia del moderador y el nivel de participación que se permitirá a la ciudadanía en el nuevo formato.

Afirma que la facultad conferida al Instituto Nacional Electoral (INE) para la organización de los debates presidenciales, supone la adopción de un formato que permita mejorar los resultados obtenidos en ejercicios pasados.

La investigación elaborada por la Dirección General de Investigación Estratégica refirió que la organización de los debates presidenciales se encuentra regulada por el artículo 218 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.

Así se faculta al Consejo General del INE para organizar los debates obligatorios entre los candidatos a la Presidencia de la República, así como para definir las reglas, fechas y sedes, respetando el principio de equidad entre los candidatos.

El estudio subraya que, como el propio INE ha reconocido, es necesario flexibilizar el formato en la generación de una dinámica que favorezca la interacción y el debate entre los candidatos, disminuyendo la utilización de discursos e ideas preestablecidas.

Así como permitir un mayor involucramiento de la ciudadanía en los debates que promueva una interacción más directa con los candidatos, afirma el documento.

Apunta que es necesario que el INE tenga claridad sobre las variables que deberán documentarse y medirse para valorar la efectividad del formato.

Esto significa también definir con claridad qué se considerará efectividad, es decir, bajo qué criterio será posible señalar que un formato contribuyó en mayor o menor medida al cumplimiento del objetivo de esta actividad.

En ese sentido, el estudio sostiene que valorar la efectividad del formato de un debate entre candidatos presidenciales puede abarcar temas tan amplios como el nivel de audiencia captada, el involucramiento de la ciudadanía en la discusión o la vinculación entre electores y candidatos.

Recuerda la recomendación de la comisión Annenberg para el formato de los debates, según la cual, estos ejercicios deben ser lo más informativos e inclusivos posibles sin que deriven en “un espectáculo” que no contribuya informativamente al elector.